El cese al fuego unilateral por tiempo indefinido anunciado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en La Habana y que comenzará el próximo sábado, generó en Colombia división de opiniones.
El expresidente y senador del partido Centro Democrático Álvaro Uribe señaló en Twitter que las FARC quieren que las Fuerzas Armadas «estén quietas para fortalecerse o responsabilizarlas de la continuidad de la violencia» porque la guerrilla condiciona la duración del alto el fuego a que no haya acciones en su contra.
Uribe es un acérrimo crítico de los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC que buscan salidas políticas para el conflicto que afecta al país desde hace más de cinco décadas.
Las FARC anunciaron hoy, al concluir el último ciclo de diálogos del año, que decidieron «declarar un cese unilateral al fuego y a las hostilidades por tiempo indefinido, que debe transformarse en armisticio».
Advirtieron, sin embargo, que este cese unilateral al fuego «se daría por terminado solamente si se constata que nuestras estructuras guerrilleras han sido objeto de ataques por parte de la fuerza pública».
El expresidente (2002-2010) agregó en otro mensaje que «el cese de hoy revive aquel de los años 80 (cuando hubo otro intento de negociar la paz), un chantaje para que no los atacaran y fortalecerse».
Por su parte, el presidente de la Comisión de Paz del Senado, Roy Barreras, dijo que el anuncio de las FARC marca la recta final en el proceso de paz iniciado hace dos años en La Habana. Barreras, también presidente del Partido de la U, al que pertenece el jefe de Estado, Juan Manuel Santos, agregó en un comunicado que el anuncio del cese el fuego unilateral e indefinido «despeja dudas y permite ser mucho más optimista frente a la firma de la paz definitiva en el primer semestre del 2015».
Sin embargo, alertó de que «los enemigos ocultos de la paz» intentarán desvirtuarlo y «van a querer decir que ésta es de nuevo una promesa incumplida para intentar desanimar a los colombianos frente a la paz».
Entre tanto, el procurador general de Colombia, Alejandro Ordóñez, otro crítico del proceso, calificó el anuncio de las FARC como «una burla más al país». En un comunicado, el funcionario señaló que no se trata del abandono de la violencia que reclama el país y la comunidad internacional «sino de una hábil forma de engañar».
A su turno, el Defensor del Pueblo de Colombia, Jorge Armando Otálora, dijo que el cese indefinido de hostilidades responde al clamor de parar la guerra y legitimar el proceso de paz con acciones de esa naturaleza.
EFE | DC