Pasó bastante inadvertida una noticia que se origina en estos días de distracción navideña en Georgetown, capital de Guyana, según la cual Carolyn Rodrigues Birkett, elegante ministra de Asuntos Exteriores de ese país, aseguró que el gobierno de Guyana estudia una solución judicial para resolver unilateralmente su disputa fronteriza con Venezuela y que, de una vez por todas, tomará una decisión definitiva en 2015.
La ministra parte del mismo principio esgrimido por el presidente Obama con relación a Cuba. «Si en dos décadas no se ha obtenido el progreso que uno quisiera, en parte debido a otras complicaciones, debemos buscar nuevas opciones», tras referirse al lento proceso que encabeza la ONU en busca de una solución desde hace 20 años.
Los guyaneses estarían dispuestos a una acción judicial vía la Corte Internacional. La diplomática informa que ya Venezuela ha sido informada sobre estas nuevas opciones para la solución del conflicto. ¿Por qué se oculta este hecho tan grave a los venezolanos y a los militares?
La ministra nos batió en la cara que estas nuevas opciones están dentro del marco del Acuerdo de Ginebra firmado entre representantes de Reino Unidos, Guyana y Venezuela en 1966 y el cual establece herramientas para la solución pacífica de las controversias entre ambos países de conformidad con el artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.
Por su parte, Guyana insiste que el laudo arbitral de París de 1899 es la única decisión firme que establece los límites entre los dos países. Guyana mantiene que el fallo judicial tomado en ese año es el único que define la frontera con Venezuela. La diplomacia venezolana desde el exitoso logro que llevó a los acuerdos de Ginebra siempre ha indicado que aspira a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
De ser verificable esta nueva estrategia de la pequeña pero sofisticada Cancillería guyanesa, no se puede tomar el asunto a la ligera y la opinión publica venezolana y la blandengue Casa Amarilla deben estar debidamente informadas.
Esta pretensión encuentra a Venezuela en una situación no tan distinta a la del desarticulado país de finales del siglo XIX que permitió al imperio británico salir airoso ante una disputa contra una nación débil.
¿Estará nuestra Cancillería en conocimiento de esta estrategia del país vecino? ¿Cómo y con quién va a enfrentarse tamaño reto cuando los zapateros remendones bolivarianos ya desmantelaron los equipos negociadores y de expertos?
Recordemos que recientemente fue destituido el almirante Elías Daniels, jefe de la unidad de Guyana. Su sustituto, otro oficial de la Armada, y el director de fronteras de la Cancillería fueron informados, supuestamente, de que solo el Despacho del ministro hará seguimiento del tema de la controversia.
Es que lo que ocurre es que ciertos militares se han convertido en colaboracionistas (como en la Segunda Guerra en Francia). En vez de reprimir estudiantes deberían rescatar el Esequibo.
DC | vía EN (Editorial)
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