Mantenemos nuestra esperanza de que llegará el día en que el pueblo cubano obtendrá la democracia, cuando tengan la oportunidad de elegir libremente a sus propios líderes en un proceso democrático abierto y gocen de las libertades de expresión y asociación sin temor a represalias. Claramente no estamos allí todavía, sostuvo en una rueda de prensa este lunes.
Un cambio en liderazgo, sin las reformas democráticas fundamentales que otorguen a la gente su libre voluntad y su capacidad de escoger a sus propios líderes, no será un cambio fundamental para Cuba, añadió Ventrell. A su vez, manifestó el deseo del Gobierno de EEUU de que Díaz-Canel (foto izq.) repare las relaciones entre ambos países.
Castro, de 81 años, fue reelegido este domingo por el Parlamento cubano, conformado por 612 asambleístas afines al gobierno comunista. El presidente gobernará el país por cinco años más. Como éste es su segundo mandato, y además considera que ya no está en edad, Castro tiene previsto retirarse en 2018.
Son tres los nombres que han sonado como los posibles sucesores del poder: Bruno Rodríguez, Marino Murillo y Miguel Díaz-Canel. Éste último es el favorito para ejercer el primer gobierno desde la revolución de 1959 que no esté encabezado por Fidel o Raúl Castro. Además, tendrá la tarea de llevar a cabo un rejuvenecimiento de las filas del partido.
El anuncio de Castro no sólo fue recibido con recelo por los EEUU, sino que también varias organizaciones del exilio cubano en Miami (Florida) acogieron con una muy tímida expectativa la promoción de Díaz-Canel a primer vicepresidente de la isla, aunque opinaron que no significa que la transición política haya comenzado.
DC/Infobae