Este 2015 es tiempo de cambio, hora de pasar la página al fétido ensayo de socialismo comunista iniciado hace ya dieciséis años, que se ha venido desboronando y que, luego de la muerte del eterno, se ha precipitado cuesta abajo en su rodada, en su caída libre que se llevó en los cachos una gran oportunidad para Venezuela, consecuencia de la ineficiencia, el sectarismo y la corrupción, y de la negación de la democracia y la libertad, el asesinato del Estado de Derecho. Bandera para la lucha, llegó el año.
Parodiando al Libertador en su célebre discurso de dos días antes de la Declaración de la Independencia, el 3 de julio de 1811, preguntamos, ¿es que dieciséis años de calma no bastan? ¿No es suficiente que nos hayamos calado sin reacción sostenida y masiva dieciséis años de retroceso, de oportunidades perdidas, de regresión social y económica, y de repliegue de la democracia y la libertad? Es la hora y el momento, vamos a darle. Bandera para la lucha, llegó el año.
Este 2015 lo iniciamos con 62 presos políticos, compatriotas víctimas de la represión del régimen y del desequilibrio de los poderes públicos, sometidos estos al Poder Ejecutivo y a la voluntad del cogollo militar que intenta someternos a todos. En la libertad de los presos políticos tenemos un objetivo primordial que debe movernos a actuar. Bandera para la lucha, llegó el año.
El aparato administrativo del país está en manos de los cubanos, como lo están la Fuerza Armada Nacional, las policías y otros órganos fundamentales de control como los servicios de identificación y extranjería, los de notarías y registros, el sistema financiero nacional y ya, en buena parte, lo que tiene que ver con nuestra Cancillería y la política exterior, que la Constitución reserva con carácter de exclusividad al Presidente de la República. Nos debe hervir la sangre esta sumisión a Cuba que niega hoy nuestra Independencia y que no solo abofetea a los venezolanos de hoy, sino por igual a los padres de la patria, a quienes creyeron independizarnos para siempre de cualquier sumisión a otro país. Como si fuera poco, los hermanitos Castro han hecho de quien ejerce la presidencia de la República de Venezuela el hazmerreir del mundo, al haber dado ellos el salto de garrocha récord del año 2014, que los hizo caer en los brazos del Tío Sam. Bandera para la lucha, llegó el año.
El golpe de Estado que la Asamblea Nacional perpetró, a finales de diciembre, al designar inconstitucionalmente las tres autoridades del Poder Ciudadano, a rectores del CNE y magistrados del TSJ, constituye razón suficiente para levantarnos contra el régimen opresor y exigirle a Maduro la renuncia, estamos obligados a actuar. Bandera para la lucha, llegó el año.
El deterioro de la calidad de vida es tal vez un punto que une en protesta a todos los venezolanos, ya que por igual somos víctimas no solo de la inseguridad personal y de nuestros bienes, sino también de la inseguridad jurídica. Todos, sin distinción, padecemos de la situación económica explosiva, de la inflación que nos ahoga y del desabastecimiento como nunca antes lo tuvimos en los dos últimos siglos; hoy escasean -y nos obligan hacer cola- más de una tercera parte de los productos básicos para la salud y la alimentación de nuestros compatriotas. Chavistas y opositores queremos por igual la salida de Maduro, así lo exigen, de conformidad a los últimos sondeos de opinión, el 80 % de los venezolanos. Bandera para la lucha, llegó el año.
El liderazgo político y social del país debe estar a la altura y el bravo pueblo debe alzar su voz, lanzar el yugo y hacer respetar la virtud y el honor. Nunca como ahora la dirigencia política del país -no descarto líderes del llamado socialismo venezolano- deben saber conducir los cambios políticos para dejar afuera a Maduro y su cogollo podrido, y generar los cambios inaplazables. La unidad es reclamo de la hora. Bandera para la lucha, llegó el año.
DC / PACIANO PADRÓN / pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano