Sí. Puede que a las 9:00 de la mañana, apenas al marcar, se escuche: “Gracias por llamar al 0800-SaludYa, su llamada es importante para nosotros”. También es verdad. Puede que a las 3:00 de la tarde el fruto de la insistencia sea volver a escuchar: “Nuestros operadores se encuentran ocupados. Por favor, intente su llamada más tarde”. ¿Y después de las 10:00 de la noche?
“Gracias por llamar, ¿en qué le puedo ayudar?”, sorprende una voz femenina, luego de seis intentos fallidos en dos días. Es una entre los 90 operadores del servicio telefónico 0800-7258392, activado por el Gobierno a finales de febrero y definido por la ministra de Salud, Luisana Melo, como una forma de facilitar al pueblo el acceso a los medicamentos.
La primera solicitud de la joven es el número de cédula de quien llama. En breve, descifra su nombre completo pues, según explica, el sistema está conectado con el registro electoral del CNE. Luego pregunta otros datos: correo electrónico, dos números de teléfono (“para ser ubicado cuando consigamos el producto”), estado, municipio, parroquia y sector.
El fármaco a consultar es telmisartán, principio activo de un regulador de la tensión arterial en un país donde 34 de cada 100 habitantes son hipertensos y en donde cada 30 minutos muere un nacional por alguna enfermedad cardiovascular, según sociedades médicas.
-Den-mi… —empieza
a silabear la joven—.
Si no le resulta familiar el nombre es porque, como admite al ser interpelada, los operadores no son farmacéuticos. Sin embargo, la titular de Salud prometió que por lo menos seis médicos integrales comunitarios estarán en cada guardia para guiarlos.
Lo que sigue son tres minutos de silencio, apenas rotos por sonidos de tecleo intermitente en un computador. Emprende una búsqueda digital por lo que la mujer generaliza como “las redes de farmacias, independientemente del estado en el que se esté”.
Pero, ¿todas las redes? Por ahora, enumera la voz femenina, solo operan con las de Farmatodo, Locatel y Farmapatria, esta última una familia de 67 establecimientos. La ministra Melo ha asomado una articulación con más cadenas del sector privado.
De repente, el veredicto: no hay telmisartán en ninguna parte del país. De ninguna de sus tres presentaciones comerciales.
Como queriendo literalmente “bajar la tensión”, la joven remata: “Si deseas, comunícate antes de 24 horas para ver cómo está el pedido de mañana. Posiblemente para mañana alguna tienda lo tenga”, inyecta esperanza por el auricular.
Una respuesta diferente a esta, cuando el Gobierno sigue adeudando unos seis millardos de dólares a los laboratorios, es tan improbable como que al día siguiente caiga la llamada.
-¿A qué hora me recomienda llamar? Es que me costó bastante para comunicarme…
-Lo que sucede es que estamos apenas empezando y se está induciendo al personal y por eso se tarda un poco. Eso irá mejorando.
Tras la promesa viene la repregunta por otra medicina, esta con precios regulados: levotiroxina sódica; tabletas de consumo diario para quien padece problemas tiroideos. Transcurren, de nuevo, alrededor de tres minutos; es el mismo tiempo que, de acuerdo con los pronósticos gubernamentales, debería durar toda la llamada. Y la contestación negativa se repite: de su presentación de 50 miligramos tampoco hay rastros a escala nacional.
De 100 miligramos aparecen dos existencias; una en un establecimiento de Maracaibo y otra en un par de ellos de Caracas, a 430 y 900 kilómetros de distancia de San Cristóbal. Pero el 0800-SaludYa, como aclara la joven, no se encarga de hacer envíos o de diligenciar transporte de fármacos. Solo comparte datos con el paciente. No obstante, durante la inauguración del servicio el ministro Jorge Arreaza habló de mecanismos para hacer llegar los remedios a pueblos recónditos del país.
Las tabletas para la tiroides sin pista en Venezuela cuestan, al cambio, unos 40 mil bolívares en droguerías de Cúcuta.
Arreaza también lo sabe, porque en aquella alocución admitió que los medicamentos escasos aquí se encuentran en anaqueles de ciudades como Cúcuta, Cali y Bogotá, debido al flagelo del contrabando.
La dama se despide con una nueva oferta: devolver la llamada cuando localicen los fármacos consultados. Sí. Puede que cuando el 0800-SaludYa salía ocupado a las 9:00 de la mañana o a las 3:00 de la tarde estuviesen dando buenas nuevas. También es verdad. Puede que, en una nación con 80 % de sus medicamentos escasos, le estuviesen respondiendo a algún otro venezolano: “No hay en ninguna parte del país”.
DC | La Nación