La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar (OSSB) venezolana comandada por su director estrella, Gustavo Dudamel, se encargó este sábado de descongelar París con las notas de La quinta sinfonía de Ludwig Van Beethoven y la intensidad de varias piezas del alemán Richard Wagner.
Con el aforo de la Filarmónica parisina lleno en su totalidad los 2.400 espectadores recibieron por primera vez en este recinto a los caribeños así como a su afamado director, quien pronto aprestó a sus músicos a interpretar una de las piezas más conocidas de Beethoven.
Los venezolanos expusieron en su totalidad la visión de la sinfonía número cinco en do menor del compositor alemán, cuatro movimientos que comenzaron con la fuerza y la impetuosidad del Allegro con brío pasando por el Andante con moto para finalizar con los apoteósicos Scherzo Allegro y Allegro que levantaron a los presentes nada más terminar.
Bravos y aplausos que resonaron en las paredes de la todavía inacabada Filarmónica de París al finalizar los alrededor de 30 minutos que dura esta composición de Beethoven, una interpretación a la que Dudamel apenas dio retoques durante el ensayo previo de la orquesta horas antes de la actuación.
Minutos después, varios músicos se sumaron a la orquesta para hacer sonar las notas de los extractos de piezas de Richard Wagner, recogidos en el último disco publicado por la OSSB en las últimas fechas.
En este segundo acto Dudamel y la Sinfónica encararon el mundo wagneriano comenzando con fragmentos de Entrada de los dioses en el Valhalla, seguida de Viaje de Sigfrido por el Rhin y Muerte de Sigfrido y música fúnebre, El ocaso de los dioses, Los murmullos del bosque y finalmente la Cabalgata de las valquirias.
La interpretación de estos extractos pertenecientes al ciclo de El Anillo del Nibelungo se cerraron con la famosa y poderosa pieza de las valquirias que comenzó, tras Los murmullos del bosque, segundos después y apenas sin descanso para el público.
Los asistentes, al finalizar el aluvión musical de esta pieza, rompieron de nuevo en gritos y aplausos por más de diez minutos hasta que el director, tras mandar levantarse a todos y cada uno de los integrantes de la OSSB, arremetió con el único bis de la noche, el delicioso “El preludio” y Canción de amor”, pieza introductoria de la ópera en tres actos “Tristán e Isolda”.
Tras cerca de dos horas de música la OSSB se retiró tras una nueva lluvia de aplausos a la espera de cerrar mañana, en el mismo escenario, su primera gira europea del año con un programa que incluye tres versiones sinfónicas del compositor hispanocubano Julián Orbón y la Sinfonía número 5 de Gustav Mahler.
Esta visita a Europa, que ha contado además con paradas en Inglaterra, Alemania, Bruselas o España, conmemora también los 40 años de la creación del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela en 1975 por parte del maestro José Antonio Abreu.
Esta iniciativa fomenta la formación musical entre menores de escasos recursos como instrumento de cambio social, desarrollo e integración y la integran actualmente alrededor de 400.000 jóvenes.
DC – EFE
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