Los comerciantes de la economía informal aprovechan las colas que se forman a las afueras de los supermercados de la ciudad, para poder vender sus productos.
Pastelitos, empanadas, refrescos, jugos, chicha, agua y cepillados, son algunos de los productos que los buhoneros venden para poder llevar el sustento a sus hogares.
Margarita Arrieta, es vendedora de pastelitos y manifestó que cuando las colas comenzaron el año pasado en los supermercados, le pareció un negocio rentable, pues no tenía trabajo fijo y decidió aventurarse a la economía informal.
También Mario Bustillos, vendedor de chica, expresó que es mejor estar horas trabajando en un solo sitio, que estar deambulando por la calle a ver quién le compra.
Para muchos es cuestión de suerte, porque dicen que mucha gente hace las colas y allí tienen compradores.
DC | SadiaB