Corrupción generalizada, transgresión de valores y quiebra ética es lo que ocurre cuando el cogollo se pudre. A esta hora el régimen, bajo la pálida gestión de Nicolás, entró en su etapa final, ha comprometido gravemente el futuro -el de nuestros chamos- y hace invivible el presente de inseguridad asesina, de colas del “no hay” y de la asfixiante inflación que hizo sal y agua nuestros ingresos. Cuando el cogollo se pudre…
La élite del llamado proceso revolucionario se corrompió aceleradamente como consecuencia de la ausencia de separación de poderes, por la dependencia de todo del capricho de Chávez, primero, ahora de las cabezas del diosdado-madurismo. Los órganos de control no funcionan y tienen silenciado el control social. Cuando el cogollo se pudre…
Los poderes públicos estimulan la impunidad. Comencemos por la Defensoría del Pueblo, cuyo nuevo titular lucía como credencial sus luchas juveniles en pro de los derechos humanos. Tarek William Saab -con olores de corrupción como Gobernador de Anzoátegui- llegó a la Defensoría a guardar silencio, tampoco ve ni oye. El Defensor del Pueblo pareciera no haberse enterado de los alcances de la Resolución 008610 de MinDefensa: orden para matar. El Defensor calla. Ojalá me desmintiera con acción, y solicitara ante el TSJ la nulidad de la Resolución por inconstitucional.
Cuando me propuse ahora mencionar el nombre del Contralor General, me percaté que lo había olvidado y tuve que indagar en el buscador de Google. Es probable que usted, amigo lector, tampoco lo recuerde, ya que Manuel Galindo Ballesteros no ha abierto la boca desde que fue nombrado a finales del año pasado, a pesar de la podredumbre, robo y corrupción que pulula por todos lados. Mal comienzo el de este silencioso y discreto Contralor, elegido a la medida de la impunidad.
Luisa Ortega Díaz ya no sorprende a nadie con su carita de yo no fui; ella es la más fiel y obediente servidora de los designios del Ejecutivo Nacional, solo ve y oye lo que conviene al régimen, y no mueve un dedo para hacer marchar la justicia cuando está implicado alguien que interese al proceso. Con su vocecita de niña inocente, y ante la denuncia internacional de que el Teniente Diosdado es el Jefe del Cártel de los Soles, dijo sin que le temblara la voz que no lo investigaría, absolviéndolo ante el coro del gobierno que gritó “inocente, inocente”, culpando sí de desestabilizadores a quienes valientemente hicieron la denuncia. La sociedad de cómplices actuó.
La Asamblea Nacional no atiende ninguna de sus tres funciones constitucionales, no legisla, no controla ni representa. Solo sanciona leyes a la medida del gobierno y no en respuesta a los requerimientos del pueblo. No controla, al punto de que no se ha librado en la Asamblea ni un solo debate sobre problemas cruciales como escasez, inflación o delincuencia. Tampoco la mayoría de los diputados a la A.N. representan a sus electores, ya que actúan no como abanderados de ellos, los ciudadanos, sino como voceros del PSUV.
Por último, el más importante de todos los poderes públicos, porque es el del equilibrio y el sancionador de los excesos, el Poder Judicial, está de rodillas ante el gobernante, como no lo había estado nunca, ni siquiera cuando Gómez o Pérez Jiménez. Los titulares del Poder Judicial que tienen preso por razones políticas a Leopoldo López y a tantos otros compatriotas, responderán personalmente ante la justicia, cuando esta reviva, como revivirá indefectiblemente, y más pronto de lo que ellos creen.
Cuando el cogollo se pudre el pueblo se levanta, cuando las élites se corrompen la indignación de la gente lo echa de lado para restablecer el orden, tal como comienza a verse, lo estamos olfateando. Este mal ya es incalable, cuando el cogollo se pudre el pueblo se levanta.
DC / Paciano Padrón / pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano