La visita a Venezuela de los expresidentes de Colombia, México y Chile; Andrés Pastrana, Felipe Calderón y Sebastián Piñera, respectivamente, ha dado mucho de qué hablar a los medios de comunicación del país y de la región latinoamericana.
Además de las colas por la escasez y el desabastecimiento en el país, del aislamiento del líder opositor Leopoldo López y de las violaciones de derechos humanos en el país, otro aspecto llamó la atención de los exmandatarios: «la tumba».
«Me hablaron de la tumba que es donde tienen detenidos a estudiantes. No es la Venezuela que hemos conocido», dijo Pastrana sobre un pequeño espacio, ubicado en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) de Plaza Venezuela, que sirve como una celda de castigo de la llamada policía política contra estudiantes y ciudadanos detenidos, en su mayoría, por adversar y manifestar en contra del gobierno de Nicolás Maduro.
La tumba está en el sótano 5 de esa sede del SEBIN, los internos fueron quienes la bautizaron de ese modo por tratarse de un sitio recóndito, frío, aislado, donde las paredes son blancas y los muebles de cemento.
«No es posible que en Venezuela haya una cárcel llamada «La Tumba» donde se violan derechos humanos» agregó Piñera indignado ante las denuncias de estudiantes que le relataron violaciones de derechos humanos cometidas en este lugar.
Aunque la mayoría habla de «la tumba» como una sola celda de dos por tres, otros alegan que son al menos tres celdas separadas por varios metros pero con las mismas características infrahumanas para los presos.
La directora de la ONG Justicia y Progreso, Theresly Malavé, acudió hace algunos días al Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, para hablarle de este lugar. “A nosotros nos parece sumamente grave el hecho de que tengamos un centro de reclusión en Venezuela con las condiciones que tenemos como ‘La Tumba’. Los presos no ven otros colores que no sean blanco y caqui, su uniforme es de color caqui y hay limitación de todo tipo, no hacen ejercicio, no saben cuándo es de día o de noche, el aspecto físico de todos ha cambiado muchísimo, incluso Gerardo Carrero pudiera compararse con los judíos de los campos de concentración, si comparamos sus fotos de antes y ahora, se puede ver el cambio”, dijo.
Por todo lo anterior, se podría considerar que el SEBIN aplica la llamada tortura blanca contra algunos detenidos donde la violencia física es mínima pero el daño mental es supremo y el flagelo parece aplicarse en pequeñas dosis diarias.
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