Es verdad que no siempre somos los mejores jueces de nosotros mismos. Que necesitamos una mirada ajena que confirme nuestras impresiones, pero seguiremos trabajando para cumplir el mandato popular de contribuir a sacar a Venezuela de la crisis que hoy vivimos, y fijar pilares sólidos para el futuro y volver a sentirnos orgullosos de un país bendecido por Dios por sus riquezas naturales. Una nación forjada a lo largo de siglos de historia por el trabajo compartido de millones de personas de todos los lugares de nuestro territorio y sin cuya participación no puede entenderse el curso de nuestros acontecimientos.
La capacidad para ser optimista en momentos difíciles como los que vivimos los venezolanos, es la cualidad que puede marcar la diferencia. Debemos ser capaces de mirar en dos direcciones a la vez, tener una actitud optimista, y al mismo tiempo, saber manejar la cruda realidad. Entendiendo que pudiésemos ser bienintencionados, pero equivocados, en dirigir la estrategia política para construir una alternativa de cambio en el País.
El pensamiento positivo tiene un inmenso poder para generar energía en los momentos difíciles y de incertidumbre como los que hoy pasamos en el País. Podemos cambiar las cosas y lograr objetivos impresionantes, creyendo en el cumplimiento de una Constitución que fue refrendada por los venezolanos, y que es nuestra norma suprema. Pero los venezolanos, hoy más que nunca, debemos estar abiertos y comprometidos con la sociedad a la que servimos; a ser fieles y leales intérpretes de las aspiraciones y esperanzas de los ciudadanos, compartir y sentir como propios sus éxitos y sus fracasos.
Buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza forma parte de nuestras tareas, para ser acreedores de la autoridad moral necesaria para el ejercicio de nuestra vida pública.
Deseamos una Venezuela en la cual, los ciudadanos recuperemos y mantengamos la confianza en nuestras instituciones y una sociedad basada en el civismo y en la tolerancia, en la honestidad y en la disciplina, siempre con una mentalidad abierta y constructiva y con un espíritu solidario. Una Venezuela en la que no se rompan nunca los puentes del entendimiento, que es uno de los principios inspiradores de nuestro espíritu constitucional y democrático.
Mi esperanza en nuestro futuro se basa en mi fe en la sociedad venezolana; una sociedad madura y vital, responsable y solidaria, que está demostrando una gran entereza y un espíritu de superación, que merecen el mayor reconocimiento.
Tenemos un gran País; Somos una gran Nación, creamos y confiemos en Venezuela.
DC / Diputado Freddy Paz / UNT Zulia / @freddyspaz