El venezolano Carlos Baute hizo famosa esta frase con su genial canción titulada “Yo me quedo en Venezuela”, alusiva a la crisis de finales de los 90 vivida en Venezuela, la cual vuelve a estar presente. Hoy en día, más de un millón quinientos mil venezolanos han salido del país en busca de mejores oportunidades; y de cada 10 jóvenes que se encuentran estudiando una carrera universitaria, entre los 17 y 25 años, 4 manifiestan que quieren irse una vez que consigan su título.
Los altos índices de inflación limitan obtener una vivienda, vehículo, bienes y servicios, que, acompañados por la inseguridad y escasez incentivan mucho más a evaluar oportunidades en el exterior. El pasado jueves 12 de febrero de 2015 fui invitado a un conversatorio por celebrarse el día de la juventud, para que hablara sobre las razones para quedarse en Venezuela a pesar de la crisis presente. Lo primero es que no se debe criticar al que se fue y tampoco se puede permitir que los que se fueron hablen mal del país, pueden hablar mal del gobierno pero jamás del país, que sin duda lo tiene todo, lo que lo convierte en un país potencial por sus inmensos recursos naturales y humanos.
Al evaluar la situación que se presentó en Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Nicaragua, que provocó que una estampida de ciudadanos fuese a buscar oportunidades fuera de su país, deja claro que si todos se hubiesen ido la reconstrucción y el éxito alcanzado en los últimos años en sus economías y calidad de vida se debe a que muchos se quedaron.
Venezuela cuenta con todo lo necesario para recuperarse, poca población, recursos naturales envidiables, petróleo, energías alternativas, capital humano emprendedor, ubicación geopolítica estratégica, lo que permite que con un pequeño viraje que den el gobierno y sectores que lo adversan es posible una recuperación más rápida. El eje de la crisis se encuentra en la falta de voluntad política para hacer los cambios que exige la realidad mundial, además de la división de criterios en factores políticos que adversan al gobierno, lo cual trae como consecuencia que quienes deberían promover el cambio necesiten cambiar primero ellos en su manera de hacer las cosas, porque es posible que sean exitosos en permanecer en el poder pero fracasaron en el manejo del país. Eso lleva a reflexionar que quienes realmente no se quieren ir de Venezuela, siguen luchando y se encuentran comprometidos con el cambio, deben involucrarse en presionar con organización y desde el voto al gobierno para que cambie su manera de gobernar.
Por su parte, el gobierno, para quitarse de encima los rumores de golpe de estado permanente lo único que debe hacer es gobernar con eficiencia y eficacia, pues los golpes de estado son provocados por oportunistas que se aprovechan de un pueblo decepcionado de sus gobernantes. La experiencia es clara, los militares no son los más apropiados para gobernar. Se necesita un pacto de gobernabilidad urgente, el tiempo se está agotando y no se debe abusar de la pasividad de los ciudadanos.
Venezuela cuenta con infraestructura empresarial afectada por la crisis y controles, pero con demasiada ganas de ponerse a producir al máximo, lo que ayudaría a una recuperación del aparato productivo en menos tiempo. Quienes se queden sin duda lograran ser parte de la transformación esperada, hay que alejarse de los cacharros y bichos políticos, hay que apoyar a la generación de propuestas, no se puede seguir premiando al malo y castigando al bueno, hay que hacer más y hablar menos, no hay que lamentarse por lo lo que fue hay que vivir en el presente.
Maduro, Diosdado, Leopoldo, Henry Falcón, Capriles, María Corina, Ledezma, tienen grupos que simpatizan con sus proyectos políticos pero no logran convencer a más, lo que les obliga a revisarse. Venezuela es la tierra que nos vio nacer, merece mayor compromiso por parte de sus hijos. Cada vez que alguien se va se abre una oportunidad para el que se queda. Como lo dijo Tony Buzan “la idea de que las crisis poseen tanto un aspecto negativo como otro positivo, la expresa muy bien la palabra con la que la designan los chinos, wei – chi. La primera parte de la palabra -Cuidado, peligro-. La segunda parte, sin embargo tiene una connotación muy distinta; significa -oportunidad de cambio-”. Sin duda, para promover el cambio se debe empezar por cambiar uno mismo. Yo me quedo en Venezuela. No hay mal que dure mil años, ni cuerpo que lo resista yo me quedo en Venezuela porque soy optimista.
DC / S.H. Jesús Castillo Molleda / Profesor Universitario, Politólogo, Coach Político, Locutor / jcastillo@fundacionzuliaproductivo.com / @castillomolleda