A diferencia de 2014 que inició con planes para la normalización de las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos, este año comenzó con denuncias y pronunciamientos que han hecho que los lazos atraviesen un mal momento.
El presidente Nicolás Maduro señaló, en diciembre pasado, que el Gobierno está en proceso de revisión de las relaciones con EE.UU., y denunció supuestas acciones que, desde la embajada de ese país en Caracas, se organizarían contra la estabilidad nacional: “Estoy evaluando las relaciones con el gobierno de EE.UU… en su momento, con justeza le explicaré a nuestra patria las acciones que tengo que tomar para defender la dignidad, la paz y defender la Constitución”.
El exdirector de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV,Franklin González,aseguró aÚNque “las relaciones están en un punto tenso, crítico y preocupante”, generado, entre otras cosas, por la inclusión de Venezuela en la estrategia de seguridad del presidente de EEUU, Barack Obama, para sus últimos dos años de mandato, lo que el gobierno venezolano “ha entendido como una amenaza a la seguridad nacional”.
La internacionalista Giovanna De Michelle coincide en que “están pasando una de sus peores crisis”, sin embargo, señaló a ÚN que la situación estaba dentro de los escenarios probables tras la reelección de Obama por la disminución de la dependencia de EEUU al petróleo extranjero y la consolidación del apoyo hispano, cuya comunidad se caracteriza por “ser muy crítica a los gobiernos de Venezuela y Cuba”.
Aunque descartó que el gobierno norteamericano esté involucrado en una conspiración, sí le llama la atención que haya hecho público el informe de inteligencia en el que destacan el retorno de las protestas. “La pregunta es ¿por qué hizo público ese escenario? La repuesta probablemente sea que EEUU tenga interés, desde el punto de vista político, en afectar de manera negativa el posicionamiento de Venezuela en el contexto internacional, restarle credibilidad y capacidad de maniobra, pero, sobretodo, restarle peso dentro del vecindario latinoamericano”.
Ninguno de estos expertos observa una próxima normalización. González dice que “no hay que hacerse muchas ilusiones. Va a seguir esta situación de tensión… No percibo en el panorama inmediato una normalización”. De Michelle agregó que “la situación tiende a empeorarse. No veo posibilidad de un mejoramiento sostenido en el tiempo en la relación bilateral”.
Apoyo.En cuanto a la solicitud de Venezuela a la Unasur para que medie con EEUU, González cree que se “está buscando el camino del apoyo y la solidaridad de América Latina y el Caribe que han venido coronando con éxito mecanismos de integración, que pueden ser vistos como mecanismos de defensa contra cualquier amenaza que se quisiera concretar, en este momento, contra Venezuela”.
El profesor señaló que la intermediación y los pronunciamientos de bloques o países pueden llevar con éxito a una mesa de diálogo, pues las conversaciones directas no son viables: “No es lo mismo hablar de EEUU que de Venezuela. EEUU es la potencia hegemónica del mundo y Venezuela es un país que tiene su poder como país petrolero, pero no en las mismas dimensiones… El desbalance es muy grande”.
Por su parte, De Michelle destacó que, a pesar de no haber hasta ahora un pronunciamiento “contundente”, a “Latinoamérica le interesa robustecer su soberanía y evitar cualquier tipo de intervención extranjera, porque no se trata de una intervención contra Venezuela sino de lo que eso pudiera significar a futuro, un precedente tremendo para después justificar una intervención en cualquier país de la región”.
Los expertos descartan que EEUU repita con Venezuela la experiencia cubana.
De Michelle aseguró que “las diferencias entre Venezuela y Cuba son inmensas… Y no creo que vayan a cometer el mismo error… El momento histórico es totalmente distinto. No hay posibilidad de reeditar la experiencia”. Mientras, González afirmó que EEUU cometería “un profundo error en hacerlo en este mundo dinámico, donde el hegemonismo no es lo que está prevaleciendo sino la construcción de un mundo pluripolar, donde las relaciones entre Estados son en base al respeto y la autonomía”.
Otras acusaciones
En 2002 el Gobierno nacional señaló a Estados Unidos de estar detrás del golpe del 11 de abril.
En 2004 el presidente Hugo Chávez acusó al gobierno de George W. Bush de estar “preparando el terreno” para apoyar su derrocamiento o hasta su asesinato. Alertó al mundo en la Cumbre de las Américas, celebrada en México. EEUU respondió que la acusación era un intento por desviar la atención de los problemas del país.
En 2007 el presidente Chávez alertó que EEUU preparaba un plan para generar violencia tras vencerse la concesión de Rctv.
En 2008 el presidente Chávez denunció un nuevo intento de golpe de estado por parte de EEUU y expulsó al embajador de ese país en Venezuela, Patrick Duddy. EEUU actuó con reciprocidad y expulsó al representante venezolano, Bernardo Álvarez.
En 2010 el Gobierno acusó a EEUU de financiar a la oposición para generar caos y propiciar un golpe de estado. Desde ese año no se tienen embajadores.
DC – UR
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