Para el director del Cicpc, comisario José Gregorio Sierralta, es de suma importancia que el organismo de investigación criminal trabaje de manera mancomunada con las comunidades.
Ese trabajo lo denominó «la nueva inteligencia social», es decir, las labores de investigación que hacen los funcionarios para esclarecer un delito, ahora estarán amparadas por las organizaciones comunitarias.
«La comunidad hará el tratamiento de la información, la suministrará de manera discreta y con confianza, para fortalecer las labores de inteligencia en cada sector», dijo.
A su juicio, este trabajo de inteligencia es importante porque permitirá identificar a grupos delictivos que afectan a la sociedad.
«Son ellos (vecinos de cada sector) los que conocen muy bien su zona y nos pueden aportar la mayor información posible», refirió.
La idea, según destaca Sierralta, es trabajar en favor de todos, y que también se minimice el trabajo de los funcionarios del Cicpc.
«Si estamos articulados, en vez de hacer diez allanamientos, solo hacemos uno y cumplimos con el objetivo», dijo.
Reunión y acuerdo
Se conoció de forma extraoficial, que el pasado martes 10 de febrero, en el salón Bicentenario del Cicpc en la avenida Urdaneta, se llevó a cabo una reunión especial con la directiva del organismo, además de representantes de las divisiones contra el Robo de Vehículos y contra Homicidios, donde articularon labores con grupos organizados de distintas comunidades.
Una fuente explicó, que al lugar llegaron 50 hombres, todos pertenecientes a esos grupos organizados del oeste de la ciudad.
Allí, relató la fuente, se acordó crear un grupo de trabajo mancomunado para investigar delitos en cada zona.
Hubo algunos funcionarios del Cicpc que no estuvieron de acuerdo con ese acuerdo, porque consideraron que los grupos comunitarios no cuentan con autoridad legal para hacer labores de investigación penal. Por ello, se preguntaron: «cuál será su papel, usarán nuestros mismos implementos».
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