Dos personas murieron la noche de este sábado y dos resultaron heridas, cuando delincuentes ingresaron a sus casas para robarse los carros guardados en el garaje.
Al parecer, esta es la nueva modalidad de delito en la subregión, donde bandas armadas irrumpen a las viviendas para llevarse los vehículos, por los cuales luego pretenden cobrar 150 mil bolívares a cambio de devolverlos, en la condición que el maleante desee.
En los dos casos ocurridos este sábado, los antisociales no lograron llevarse las unidades. Solo dejaron a su paso dos asesinatos a personas productivas: un técnico y un estudiante universitario.
Luis Manuel Toro, de 45 años, padre de tres hijos, técnico en refrigeración y residente del sector El Menito, en el municipio Lagunillas, fue la primera víctima.
“Tres hombres entraron a la casa vecina, donde viven parientes suyos. Sometieron a la esposa de su primo cuando ella preparaba el tetero. Entraron por el fondo. Querían llevarse la camioneta Toyota, Hi Lux, blanca, que estaba en el estacionamiento. Como no les entregaban las llaves, los delincuentes dispararon molestos. Hirieron a uno que vive en esa casa. Al primo de Manuel lo golpearon con cachazos. Y a Manuel le dieron cuatro tiros cuando corrió desesperado a la casa de sus familiares porque quería ayudarlos. Es que se escuchaba la gritería y los disparos. Manuel dijo: ‘No puedo permitir que le hagan daño a mi gente. Como sea los voy a ayudar’. Y se fue corriendo hacia allá» dijo Omaira Talavera, su cuñada.
Los delincuentes huyeron al verlo tendido en el piso y desistieron de llevarse la camioneta.
En el segundo caso murió Roger Pereira González, de 21 años, estudiante del cuarto trimestre de administración en la Universidad Alonso de Ojeda, (Uniojeda).
“Él estaba a siete cuadras de su casa (sector D-23, al oeste del municipio Simón Bolívar) compartiendo con dos amigos. Llegaron tres guajiros en un Dodge, color marrón, a robarse el carro que estaba guardado en el garaje. Casualidad, venía mi sobrino entrando, porque había acompañado a una chica que vivía al fondo de esa casa. Los malandros lo vieron, se asustaron y le dispararon”, dijo Eduardo Lugo.
Ambas familias pidieron la pronta captura de los agresores.
«Esto es terrible. Estamos acosados por la delincuencia. Ya no se puede vivir en paz, ni siquiera, compartiendo dentro de una casa», relataron.
DC | Panorama | Foto: Archivo