En el 2006 tuve la oportunidad de entrevistar en mi programa de televisión al Dr. Heinz Dieterich profesor emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana en México en el marco de un ciclo de foros y conferencias denominado “Democracia Siglo XXI”.
Dicho evento se llevó a cabo en un conocido hotel de la localidad y confieso con toda sinceridad que no conocía a mi entrevistado de esa noche, apenas sabía que era el ideólogo del Presidente Hugo Chávez y de los movimientos de izquierda en América Latina.
Un año antes de la entrevista, el mandatario venezolano había invitado a todo el pueblo de Venezuela a abrir un gran debate sobre el modelo ideológico económico que debía regir al “Estado”. El mismo expresó: “Si no es el capitalismo, entonces ¿qué? Yo no tengo duda: es el socialismo”. Un Estado socialista que desconocía al mercado y a la propiedad privada.
Dieterich apoyó la política de Chávez en sus primeros años de gobierno, hasta que en el 2007 manifestó su desacuerdo con la forma como en el país se estaba aplicando su teoría. Al socialismo del siglo XXI de Dieterich Chávez le agregó los términos de “bolivarianismo” y “cristianismo”. La intención con el primero fue para relacionar a Bolivar con su proyecto político cuando la historia nos ha enseñado que Bolívar fue un liberal apegado a la mejor tradición de Montesquieu y con Cristo el propósito fue utilizar la dicotomía religiosa según la cual Jesucristo, el bueno, encarna al socialismo y Judas, el malo, al capitalismo.
A partir de allí, el gobierno desata una ofensiva para popularizar esa opción política que tuvo su aceptación en los segmentos mayoritarias de la población dependientes del estado.
En esa conversación que sostuve con el profesor Dieterich pasaron por mi mente varias inquietudes, entre ellas, ¿Por qué implantar en Venezuela un modelo que fracasó en todo el mundo?
Su respuesta fue “que todo gobierno tiene que tener una meta inmediata de construcción y una meta de horizonte. Lo que se está haciendo en Venezuela no tiene nada que ver con socialismo, lo que se está haciendo es un programa de desarrollismo democrático burgués, dicho en términos científicos un capitalismo de Estado Keynesiano”.
El socialismo del siglo XXI de Heinz Dieterich procura diferenciar su propuesta con los socialismos del pasado, de la práctica socialista del siglo XX. Venezuela desde 1945 ha sido un país sumido en mayor o menor grado en el socialismo. El capitalismo de Estado, el Estado benefactor, las políticas redistributivas, la limitación de los derechos de propiedad, los subsidios y controles sobre la economía, la emisión de dinero inorgánico, la indisciplina fiscal, el proteccionismo, etc. Como podemos observar seguimos repitiendo los errores del pasado pero magnificados en los últimos 16 años y sin ningún propósito de enmienda ya que el Presidente Maduro se niega a cambiar el modelo y ha dicho que lo piensa profundizar.
Si el socialismo fuera la solución a los problemas de desarrollo de un país, Venezuela debería ser hoy la nación más exitosa del mundo. El modelo ha fracasado, la frustración reclama un cambio, es una exigencia social que requiere un esfuerzo compartido con la participación de todos los venezolanos. Son tiempos de transición y llego la hora de cambiar el modelo.
Manos a la obra…
DC / Econ. Asnaldo Soto / asnaldosoto@gmail.com / @econsinsecretos