Dos niños murieron el viernes en una zona selvática del suroeste de Colombia al activar accidentalmente un campo minado, al parecer sembrado por las FARC, en el primer accidente fatal que se registra después del acuerdo entre ese grupo guerrillero y el Gobierno para desactivar tales explosivos en el país andino.
La Fiscalía General informó que los hermanos Edilberto y Marlon Alexis González, de 9 y 10 años, “cayeron en un campo minado” cuando caminaban a una escuela ubicada cerca a la población de Llorente, en el departamento de Nariño.
En la zona en donde se produjo la explosión de las minas tiene presencia la columna Daniel Aldana de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Colombia es uno de los países más afectados por los accidentes con minas terrestres antipersonales en todo el mundo, de acuerdo con Naciones Unidas.
Las estadísticas del Gobierno revelan que desde 1990 más de 11.000 personas han resultado mutiladas o muertas por la explosión de minas, la mayoría efectivos de las Fuerzas Militares. Un 10 por ciento del total de las víctimas han sido niños.
El Gobierno y las FARC lograron la semana pasada un acuerdo en Cuba para desminar áreas selváticas y montañosas en Colombia, el primer paso concreto en la negociación de paz para reducir la intensidad del violento conflicto interno de más de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos y millones de desplazados.
Después de ese acuerdo, Santos ordenó a las Fuerzas Militares suspender por un mes los bombardeos contra los campamentos de la guerrilla. Los ataques desde aviones y helicópteros con bombas, han sido el arma más letal en la ofensiva militar contra la guerrilla y en medio de esos bombardeos han muerto importantes comandantes de las FARC.
En los diálogos de Cuba, que han logrado más avances que todos los esfuerzos anteriores para la paz, las partes han llegado a acuerdos sobre desminado, para dar acceso a la tierra a los campesinos pobres, facilitar la transformación de la guerrilla en un partido político y combatir el narcotráfico.
Pero todavía quedan pendientes asuntos complicados como la compensación a las víctimas y el fin del conflicto. Una vez que se alcance un acuerdo, los colombianos deben aprobarlo en una consulta o un referendo.
Las FARC, que cuentan con unos 8.000 combatientes, declararon un cese unilateral e indefinido al fuego desde el 20 de diciembre pasado, lo que se ha evidenciado en una reducción de la intensidad del conflicto.
Aunque la negociación se cumple aún en medio de la confrontación en la son frecuentes los ataques, combates y bombardeos en montañas y selvas del país, Santos envió a un grupo de militares a La Habana para discutir con las FARC medidas para reducir la intensidad del conflicto, incluyendo un posible cese bilateral del fuego, algo a lo que se oponía en un inicio del diálogo.
DC | Globovisión | Foto: Web