¡El aumento de la gasolina va…!, por Asnaldo Soto (@econsinsecretos)

A pesar de su escasa popularidad, apenas un 25% según la encuestadora Datanálisis, el gobierno del presidente Nicolás Maduro está decidido a aumentar el precio de los combustibles, y lo presenta como una medida para “equilibrar” la economía venezolana.

Ya el régimen está preparando el terreno desplegando una campaña mediática en todo el país. Como ejemplo tenemos: “50 litros de gasolina son como 4 Bs. Un cafecito es más caro, cuesta 15 Bs.”.

Llevamos 18 años en Venezuela con el precio de la gasolina congelado ¿Qué razones permitieron para que el subsidio a la gasolina creciera desde 1997 en forma astronómica?

Son más las razones de carácter ideológico lo que ha permitido que ese subsidio se mantenga por tanto tiempo. Las mismas la podemos encontrar en la naturaleza populista y demagógica del sistema socialista que nos han querido imponer en los últimos 16 años.

También hay razones históricas que se le atribuyen al “Caracazo”. Todo el mundo culpó al  aumento de la gasolina en el año de 1989 de ese acontecimiento, cuando llegó Carlos Andrés Pérez a su segundo mandato. Se supone que dicho aumento fue el detonante, en encendido de todos los saqueos y los muertos que hubo en ese momento.

Esta decisión con todas sus consecuencias y alto costo político, fue considerada por los sucesivos gobiernos de Ramón J. Velásquez, Rafael Caldera y Hugo Chávez Frías como un gran “Tabú” del cual no se podía ni hablar por sus implicaciones y el miedo casi irracional a reeditar esa etapa de nuestra historia.

En ese sentido, siempre se tiene miedo a lo desconocido. Como decía el renacentista Maquiavelo: “Los fantasmas siempre dan más miedo de lejos que de cerca”. Sin embargo, el Estado venezolano no puede seguir retrasando las medidas de ajustes macro-económico que necesita, ya que sería muy doloroso para el país los efectos negativos que esta inacción por parte del Estado conlleva.

En el presente artículo, definiremos lo que es el subsidio a la gasolina, también cuantificaremos la magnitud de ese subsidio, las distorsiones que crea y por último explicaremos como este favorece en mayor proporción a los estratos de mayores ingresos en  detrimento de los estratos humildes.

Primeramente, el subsidio a la gasolina, se define como la diferencia entre el precio promedio de venta al público y el costo de oportunidad, a su vez, el costo de oportunidad es el precio de venta en el puerto (denominado a su vez precio de frontera, ajustado por los costos de distribución y transporte ya que la gasolina es un bien transable, es decir, tiene un uso alternativo como lo es la exportación.)

Asimismo, la magnitud de ese subsidio es gigantesca. El país deja de ganar 13.500 millones de dólares anuales. Esa cifra en el 2014 era superior al gasto en educación y salud que representaban un monto consolidado de 12.349 millones de dólares. Eso significa, que estamos botando o regalando un dinero que en definitiva no está beneficiando  a todos los venezolanos, lo que pone en evidencia la pésima distribución del ingreso que existe en Venezuela cosa que desdice del modelo reinante mejor conocido como “Socialismo del Siglo XXI”.

Además, regalamos en Venezuela el diésel, ­­­­­fuil oil, lubricantes y todos los demás productos derivados del petróleo. Con eso estamos dejando de percibir más de 25.000 millones de dólares en el mercado interno de hidrocarburos.

Por otra parte,  el subsidio a la gasolina crea distorsiones. Estados como Zulia, Táchira y Apure que son zonas fronterizas sufren las consecuencias de lo  que es el contrabando.

Y como último punto lo más insólito de este particular “Socialismo” que tenemos en Venezuela, este subsidio a la gasolina beneficia en mayor medida al 10% de la población.  Este minoritario segmento ésta representado por los venezolanos con más ingresos que reciben ocho veces más de ese incentivo que los pobres, aspecto que demuestra la regresividad social de este absurdo subsidio.

Prácticamente esta política le regala dinero a los  ricos, porque una persona de esa porción pudiente recibe un total de 4.100 dólares al año por ese subsidio. Obviamente,  esa gente es la que tiene más vehículo y de gran tamaño que consumen más gasolina.

En cambio, la gente pobre percibe menos porque no tienen vehículos y usan indirectamente los combustibles a través del transporte público.

Soy partidario de que los subsidios regresivos en Venezuela deben ser eliminados. Una economía con tantos subsidios no es una economía real, vigorosa, que no se auto sustenta. Debemos  ir a un aumento del precio de la gasolina u otros hidrocarburos pero con tres advertencias: Uno, no es cierto la afirmación del gobierno de que tal incremento no afectará los pasajes y fletes. Sí lo hará y el  gobierno tiene que compensarlos con subsidios directamente al usuario del transporte público. Así lo hizo Irán. En segundo término, no es ético que sean solo los venezolanos los que nos sacrificaremos. Antes, tendría que suspenderse las ventas a crédito, con plazos de 20 y más años, que se hacen a Cuba y 21 países del mundo. Por último y tercer aspecto ¿Cómo nos aseguramos de que los miles de millones de dólares adicionales no vayan a parar a Andorra, Suiza, y otros paraísos fiscales con la gran corrupción que hay?

“Tengamos el ojo pelao”…

 

DC / Econ. Asnaldo Soto /  asnaldosoto@gmail.com / @econsinsecretos

 

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