«Hacer ejercicio de forma muy enérgica ‘es tan malo como no hacer ejercicio en absoluto'», informó la BBC.
«Correr muy deprisa es tan mortal como sentarse en el sofá», repitieron el Daily Telegraph e innumerables diarios de todo el mundo, insuflando el temor en los corazones de los corredores de línea dura.
Los titulares se basaron en los resultados de un amplio estudio danés: más de 1.000 corredores sanos y casi 4.000 no corredores sanos fueron observados durante más de 12 años, como parte del estudio del corazón de la ciudad de Copenhague.
Los resultados fueron publicados en la prestigiosa revista médicaJournal of the American College of Cardiology.
La conclusión en un titular era que los corredores leves y moderados viven más de media que las personas que tienen estilos de vida sedentarios y no hacen ningún ejercicio, mientras que –y ahí estaba la sorpresa- los corredores enérgicos no viven más.
Muestra insuficiente
Se definió a los corredores enérgicos como gente que corre a un ritmo rápido -más de 11 kilómetros por hora- más de cuatro horas a la semana, o más de tres veces por semana durante al menos dos horas y media en total.
Pero, pese a que la cantidad de participantes en el estudio era grande, el número de corredores enérgicos no lo era. Sólo 36 personas encajaban en la categoría de carrera extenuante, dos de ellos habían muerto.
Y los investigadores no saben cómo murieron estos dos corredores, si sucumbieron por una enfermedad cardiovascular o si fueron víctimas de algún tipo de accidente. Pudieron haber sido atropellados por un autobús, por ejemplo.
El autor del estudio, el cardiólogo clínico Peter Schnohr, ahora reconoce que no tenía las pruebas para asegurar que la carrera extenuante es mala.
«Deberíamos haber dicho que sospechamos que es así, pero que no podemos asegurarlo. Todos cometemos errores en artículos», dice.
Pero Schnohr cree que los lectores experimentados en artículos de investigación se habrán dado cuenta.
El cardiólogo dice que, a raíz de los análisis estadísticos, era obvio que no se podía confiar en que los corredores enérgicos tienen la misma esperanza de vida que aquellos con un estilo de vida sedentario.
«No debería haberse malinterpretado», señala, porque si miras con detalle las estadísticas, los límites de la investigación son claros. «Si normalmente lees este tipo de artículos puedes decir ‘¡Ah! Esto no es bueno estadísticamente, es demasiado flojo».
Necesidad de datos más claros
Pero la mayoría de los periodistas de todo el mundo no van a hurgar en las tablas estadísticas, toman su entradilla de las conclusiones del investigador, opina Alicia White, que analizó el citado estudio para la página web del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido.
«En el mundo de hoy, los hallazgos de una investigación pueden ser rápidamente diseminados por todo el planeta, en especial cuando llaman la atención de la gente por tener un dato chocante», explica.
«No es realista asumir que todos los que leen un titular van a rastrear el trabajo completo, leerlo y valorarlo de forma crítica antes de decidir actuar o compartirlo con sus amigos. Por eso es tan importante que los hallazgos de las investigaciones, sus implicaciones y limitaciones sean comunicados de forma clara desde un principio».
El Journal of the American College of Cardiology, que publicó la investigación, respalda el trabajo.
«Algunos artículos de noticias parecen haber malinterpretado y exagerado» la historia llevando a «titulares engañosos», sostiene el editor en jefe Valentin Fuster.
Pero lo que es verdad es que la conclusión del título de la investigación incluía el dato estadísticamente insignificante sobre la carrera extenuante, algo que Peter Schnohr admite que no debería haber sido destacado.
Aun así, no lamenta los titulares sensacionalistas y no está preocupado porque puedan haber desanimado a la gente a correr.
«No lo creo… siempre hay muertes en maratones y esos eventos», indica, y sugiere que con revisiones regulares, algunos casos de fallo cardiaco se podían haber detectado y algunas de estas muertes «se podían haber evitado».
Schnohr sigue convencido de que aunque no lo ha probado esta vez, la carrera vigorosa puede ser perjudicial.
«No decimos que no debas correr la maratón, pero que quizá cada año alterno te deberías hacer una revisión –ecocardiografía y similares- para examinar tu corazón».
El experto dice que sus hallazgos sobre la relación entre la carrera moderada y una tasa de mortalidad más baja son sólidos, y que este importante mensaje de salud fue reflejado por una serie de medios.
DC | BBC Mundo | Foto: Web