Siete combatientes de Al Qaeda murieron en un ataque con un dron supuestamente estadounidense en el este de Yemen, dijeron funcionarios de seguridad yemeníes.
Los funcionarios, que hablaron con la condición del anonimato por no estar autorizados a hablar con la prensa, dijeron que el ataque se produjo el miércoles cuando los milicianos se movilizaban en un automóvil en Mukalla, capital de la provincia de Hadramaut, donde Al Qaeda ha logrado progresos y ha convenido acuerdos con tribus locales.
La convulsión por la que atraviesa Yemen ha suscitado preocupaciones de que la filial de Al Qaeda, considerada la más peligrosa de la red terrorista, esté aprovechando el vacío de poder. Los ataques estadounidenses con drones han mermado en medio del caos.
Al Qaeda se apoderó de Mukalla este mes. La semana pasada formó una alianza con tribus para manejar los asuntos locales.
Funcionarios de seguridad yemeníes informaron que la coalición encabezada por Arabia Saudí lanzó nuevos ataques aéreos contra rebeldes chiís en dos ciudades, un día después de que el reino anunciara el fin de su campaña contra rebeldes y sus aliados respaldados por Irán.
Informaron que los ataques del miércoles se registraron en la ciudad de Taiz, donde los rebeldes hutíes se reunían en los cuarteles militares cercanos al aeropuerto.
Los ataques también alcanzaron la ciudad portuaria de Adén. Los choques en tierra continuaban en ambas ciudades, especialmente en Taiz, donde se registró alto número de bajas en ambas facciones contendientes.
Por otra parte la capital de Yemen, Saná, pasó una madrugada y una mañana tranquila el miércoles. Para los residentes fue la noche más tranquila en casi cuatro semanas, sin grandes explosiones o nuevas escenas de devastación al levantarse.
Los rebeldes hutíes convocaron una multitudinaria manifestación a través de la televisora Al-Masirah, pidiendo a sus partidarios que salgan a las calles de la capital más tarde el miércoles para celebrar el final del bombardeo y denunciar la «agresión» saudí.
Irán es un enérgico crítico de la operación saudí, aunque una portavoz del Ministerio iraní de Relaciones Exteriores saludó el miércoles el anuncio del reino árabe.
«Creemos que esto fue un paso positivo», dijo Marzieh Afjam, y señaló que hará falta «cooperación política» entre todas las partes implicadas para resolver la crisis en Yemen.
La campaña de ataques aéreos respaldada por Estados Unidos comenzó el 26 de marzo con el objetivo de atacar a los hutíes y a unidades militares aliadas partidarias del ex presidente autocrático Ali Abdulá Saleh, que tomaron Saná y buena parte del norte del país.
El reino dijo que su objetivo era también devolver al poder al presidente Abed Rabbo Mansur Hadi, que se vio obligado a huir de Yemen a Arabia Saudí el mes pasado ante el avance hutí.
El martes, el Arabia Saudí declaró el fin de la campaña aérea de la coalición, llamada «Tormenta Decisiva», contra los hutíes y anunció una campaña militar más limitada que buscará frenar la operatividad de los rebeldes.
En un aparente gesto de buena voluntad, los rebeldes dejaron en libertad el miércoles al ministro de defensa, Mahmoud Al-Subaih, a un hermano del disputado presidente Hadi y a un comandante militar. Los tres estuvieron retenidos durante casi un mes por los rebeldes.
Esta iniciativa podría avanzar un inminente acuerdo político entre Hadi y los rebeldes y sus aliados.
A pesar de todo, los enfrentamientos sobre el terreno continuaban el miércoles en la ciudad portuaria de Aden, que los rebeldes intentan arrebatar por completo a los leales a Hadi.
La Organización Mundial de la Salud dijo el martes que la violencia se ha cobrado 944 vidas desde el inicio de los ataques aéreos sobre Yemen, y causó 3.500 heridos.
DC | AP