La cifra de muertos por el terremoto de 7,8 grados que el sábado golpeó Nepal supera los 3.700, mientras que los heridos se cuentan por millares y no hay aún una referencia de desaparecidos.
El Ministerio del Interior indicó que el número de muertos es de 3.723, aunque aún no hay una cifra actualizada de heridos con relación al anterior registro que es de 6.535, según informaron medios locales.
Fuentes del Centro Nacional de Operación de Emergencia confirmaron a Efe en horas de la mañana que ya se habían identificado a alrededor de 1.300 de los fallecidos.
Las autoridades nepalíes trabajan en el desescombro de Katmandú y en la reapertura de carreteras en el valle central del país, la zona más castigada por el terremoto.
También tratan de estabilizar el suministro de energía eléctrica, que actualmente se encuentra a un 75 % de acuerdo con fuentes de la compañía eléctrica.
El país sigue aún con enormes problemas de comunicación tras la réplica de 6,7 grados del domingo, una de las más de 40 que se han producido desde el sábado.
No obstante, la intensidad de la actividad sísmica ha remitido de manera drástica en las últimas horas.
El Gobierno ha solicitado ayuda internacional de todo tipo para poder dar respuesta a las necesidades de la población y afrontar las tareas de rescate.
Varios países han enviado ya su ayuda y la comunidad internacional se moviliza para hacer llegar toneladas de suministros y ayuda a la nación asiática.
Este es el terremoto de mayor intensidad en casi 80 años en el país del Himalaya y el peor que ha vivido la región en una década, desde que en 2005 un movimiento telúrico causara una tragedia de grandes proporciones en Cachemira, con un balance de más de 84.000 muertos.
DC | EFE