Todos hemos sido víctimas de esas molestas «canciones pegadizas» que es imposible dejar de tararear día tras día y noche tras noche. Conocidos como «Earworms» por nuestros vecinos del otro lado del charco, estas composiciones se caracterizan por regresar sin previo aviso a nuestra cabeza. Sin embargo, un grupo de científicos de la Universidad de Reading (en Estados Unidos) acaba de desvelar un remedio definitivo, barato y curioso para hacer que desaparezcan de forma definitiva: masticar chicle.
Tal y como ha determinado el centro en su página web, tomaron la decisión de investigar un posible remedio para los «Earworms» después de percatarse (gracias a una encuesta) de que más del 90% de las personas los sufren y a un tercio de ellas les resultan «seriamente molestos» y «desagradables».
A su vez, trataron de hallar una explicación científica que determinara por qué aparecen con tanta asiduidad, una cuestión que no ha encontrado una respuesta clara. «Creemos que los “Earworms” están relacionados con la corteza auditiva del cerebro y podría ser una forma de memoria musical involuntaria», explica Philip Beaman, profesor asociado de ciencia cognitiva de la Universidad de Reading.
Tras semanas de investigación, los expertos han determinado finalmente que el chicle es una forma idónea de acabar con estas molestas canciones. Concretamente, han establecido que esta chucheríareduce el número de pensamientos involuntarios que se producen en nuestra mente. A su vez, han llegado a la conclusión de que la disminución de estos «recuerdos musicales» no es consecuencia de la pérdida de atención que se produce al centrar nuestra mente en la tarea de masticar, sino que se relaciona con la «programación» de nuestro motor articulatorio.
Con todo, y en el caso de que no quieras destrozarte los dientes masticando una y otra vez chicle, los expertos también han establecido otra serie de tareas que pueden ayudar a que los «Earworms» desaparezcan durante un tiempo. Una de ellas es pasar el rato haciendo un sudoku o una sopa de letras.
«La clave es encontrar algo que suponga un desafío para nuestra mente. Si comprometes tu cerebro, limitas el número de recuerdos intrusivos involuntarios que pueden entrar en tu mente. Pero debe tener la dificultad justa», señala el psicólogo Ira Hyman en declaraciones recogidas por el «Daily Telegraph».
Fuente: DC| ABC| Foto: Web