No es extraño que las personas sintamos miedo de algo, es algo innato de la naturaleza humana, pero cuando este temor es exagerado e irracional se convierte en fobia.
Este terror genera ansiedad y angustia, una sensación que inmoviliza o que obliga a correr en los casos más extremos.
Su nombre viene del griego fobos, que significa pánico.
La persona que lo padece no lo puede controlar y requiere de un tratamiento para superarlo.
Dado que la fobia controla a quien la padece, esto puede afectar eventualmente su vida.
Y dado que cualquier ser vivo, objeto, situaciones e incluso pensamientos pueden desencadenar una fobia, hay cientos de ellas.
Existen algunas que podríamos definir como más comunes, como la claustrofobia (miedo a lugares cerrados) y la agorafobia (miedo a lo contrario, a los lugares abiertos); sin embargo, podemos encontrarnos con algunas que son más raras pero no por ello menos importantes, según explicó a BBC Mundo Javier Savia, psicólogo general sanitario con amplia experiencia en fobias
Savia destacó cinco de ellas.
Hipopotomonstrosesquipedaliofobia
Esta fobia define el pánico a las palabras largas o complejas.
También es conocida como la sesquipedaliofobia, para simplificar, al menos un poco.
Según Javier Savia, a raíz de esta fobia el sujeto tiene aversión y padece de nerviosismo cuando está involucrado en conversaciones donde se usan palabras extensas, difíciles y poco frecuentes, como, por ejemplo, en una charla académica.
No sólo le molesta oírlas, también pronunciarlas, por el temor a hacerlo mal y ponerse en ridículo.
Xantofobia
Se define como un persistente, anormal e injustificado miedo al amarillo.
Se considera dentro del grupo de tipos de fobias más raras.
La persona puede llegar a sentir un miedo abrumador incluso ante el simple hecho de mencionar la palabra «amarillo».
«Aunque el miedo se acaba generalizando a todo lo que tenga que ver con amarillo, el punto de partida es la asociación de este color o bien con la enfermedad o bien con la muerte», dijo Savia.
Coulrofobia
Dentro de las fobias más extrañas debería incluirse una bastante extravagante e irracional: la coulrofobia o miedo a los payasos.
Una estrella de cine que reconoce sufrir de esta fobia es Johnny Deep.
En una ocasión declaró: «No sé si por la cara pintada o por la falsa sonrisa. Son espeluznantes. Siempre parecen estar al acecho, como si debajo de esa apariencia se escondiera un demonio».
A menudo se adquiere este miedo luego de haber tenido una mala experiencia con payasos durante la infancia, o por haber visto el retrato de un payaso siniestro (por ejemplo, el It de Stephen King, o el Joker de Batman).
No obstante, también puede deberse a la incapacidad de reconocer las intenciones de esa persona.
«Los payasos se disfrazan, se pintan la cara y se pintan una sonrisa ficticia, por lo que la persona que sufre este fobia siente que es incapaz de saber si le va a hacer daño o no», explicó el experto español.
Somnifobia
Seguro que todos hemos tenido días en los que no hemos podido dormir bien porque no logramos desconectarnos de nuestra rutina diaria o porque estamos demasiado estresados o demasiado emocionados para poder hacerlo.
Sin embargo, hay personas para las cuales dormir está asociado a un miedo irracional o desmedido ante el hecho de dormir, es lo que se conoce como somnifobia.
Según Savia, quienes padecen de somnifobia tienen miedo a morir durante el sueño, a no poder respirar y morir asfixiados y sobre todo a tener pesadillas y sueños desagradables y por lo tanto a dormir.
«Frases como ‘qué bien que murió mientras dormía’ pueden ser desencadenantes de esta fobia», señaló el especialista.
Fagofobia
La fagofobia es la fobia o miedo irracional a tragar o atragantarse.
«Los fagofóbicos suelen indicar que sienten la garganta más estrecha, lo cual les hace suponer que al tragar la comida, esta no podrá pasar y se producirá el ahogamiento», explicó Savia.
Según el psicólogo, en los casos extremos, las personas que padecen esta fobia sólo quieren comer alimentos fáciles de tragar, o mastican excesivamente.
Muchas veces es difícil de diagnosticar debido a que como algunos fagofóbicos dejan de comer, podría llegar a considerarse como un trastorno alimenticio, aunque está catalogada dentro de la categoría de «otras fobias».
DC | BBC Mundo