La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó que el fin de la corrupción en Petrobras, la petrolera estatal en la que se investiga un gigantesco escándalo por el desvío de recursos públicos, es algo que la empresa merece y que la sociedad exige.
«Tenemos que enfrentar y acabar con todas las irregularidades, con todos los intentos de uso indebido de la empresa y con todos los procesos de corrupción porque Petrobras merece y la sociedad exige», afirmó la jefe de Estado en el discurso que pronunció durante la ceremonia de bautizo de una embarcación encomendada por la estatal.
La mandataria agregó que es irónico que en el momento en que se investiga el sonado escándalo de corrupción en la petrolera, la estatal es homenajeada en Estados Unidos con el principal premio concedido a las empresas que desarrollan tecnologías para la exploración y explotación de petróleo y gas en áreas marinas.
«Gracias a Dios tenemos a la Petrobras. La empresa es tal vez una de las mayores conquistas del pueblo brasileño porque es una gran empresa con tecnología nacional», dijo la mandataria al referirse a las tecnologías que han convertido a la petrolera en una de las empresas más reconocidas mundialmente por sus innovaciones para explotar crudo en aguas muy profundas.
Pese a la grave investigación de que la empresa es blanco, Rousseff salió nuevamente en defensa de la petrolera y exaltó las conquistas de la compañía en el discurso que pronunció en un astillero en el zona industrial de Ipojuca (nordeste de Brasil) para bautizar el navío «Marcilio Dias», que inició este mismo jueves su primer viaje internacional.
El presidente de Petrobras, Aldemir Bendine, aprovechó la misma ceremonia para afirmar que la estatal «no se dejó paralizar» por el escándalo y que saldrá «más fuerte y más saludable» de la crisis que enfrenta.
Los desvíos en Petrobras, que la estatal calcula que pudieron costarle unos 2.000 millones de dólares, comenzaron a ser investigados hace poco más de un año y ya han conducido a prisión a cinco exdirectores de la empresa y a una veintena de ejecutivos de importantes constructoras del país.
Según la Fiscalía, las constructoras pagaban sobornos a cambio de ser favorecidas en las licitaciones de la Petrobras y esos recursos eran distribuidos entre los partidos políticos que apoyaban la red.
La máxima Corte del país investiga a unos cincuenta políticos por su supuesta implicación en el caso, la mayoría de la base aliada de la presidenta Rousseff.
DC | EFE