«Sara fue todo un reto de abarcar e interpretar porque no quise caer en el cliché de la mala sifrina» «Esta oportunidad de trabajar en el exterior y hacer una serie juvenil es un gran paso en mi carrera»
osette Vidal Restifo cree que desde que se «horneaba» en la barriga de su madre, corría la actuación por sus venas.
Influenciada indiscutiblemente por sus progenitores, Julie Restifo y Javier Vidal, la caraqueña creció junto a su hermano Jan jugando en pasillos de teatros y de canales venezolanos. Se montó sobre las tablas desde muy pequeña y no se ha bajado de ellas en las últimas dos décadas.
Hace unos años comenzó a «cocinarse», a fuego alto, en la pantalla chica con las telenovelas La viuda joven (Venevisión, 2011) y Nacer contigo (Televen, 2012), la cual protagonizó junto al cantante Lasso.
Este año, además de debutar en el cine con la película 3 bellezas con un personaje que tuvo «que excavar desde adentro, de pocas palabras y más presencia», la actriz inició la preparación de un nuevo plato: la internacionalización.
El año pasado, con pocos meses viviendo en Miami, Estados Unidos, Vidal Restifo se enteró del casting de una nueva serie del canal por suscripción Nickelodeon. Fue escogida, meses después, de entre muchas opciones de intérpretes latinoamericanas, y en los primeros días de 2015 se metió en la piel de Sara, la contrafigura de Toni la chef, protagonizada por la colombiana Ana María Estupiñán (Toni) y el mexicano Patricio Gallardo (Nacho).
Su personaje -«un chocolate dulce y tierno por fuera, pero amargo y frío por dentro», según el canal- es una cocinera obsesionada con mantener a flote el restaurante familiar Fuccinelli’s, en el que trabaja junto a su hermano Frenchie, interpretado por el también venezolano Jonathan Freudman.
«Sara fue todo un reto de abarcar e interpretar, porque no quise caer en el cliché de la mala sifrina y gritona», comenta la joven, quien debió aprender a cocinar. «Preferí darle la vuelta y con la ayuda de nuestra maga, la directora de la serie, salió un personaje más humano, orgánico y con ese toque agridulce que la caracteriza».
No sintió nostalgia del hogar, afirma, por la cantidad de compatriotas que estuvieron en el proyecto, tanto en el equipo técnico como en el elenco, que incluyó a los caraqueños Jeannette Lehr y Édgar Rincón, o Ángela Rincón y Alejandro Toro, de ascendencia venezolana.
«Esta oportunidad de trabajar por primera vez en el exterior y hacer una serie juvenil que le llegue a toda Latinoamérica, es un gran paso en mi carrera», aseguró la intérprete.
–¿Cómo fue el trabajo con un elenco internacional?
-Fue algo muy bonito, formamos un equipo, una familia. Todos íbamos en el mismo carril y con las mismas ganas de que saliera todo bien. Y una de las cosas que más me gusta es que somos todos de diferentes partes de Latinoamérica como México, Colombia, Cuba y otros. Es maravilloso el intercambio de nuevas culturas, comidas, costumbres. ¡Hasta se me han pegado palabras mexicanas y colombianas! (risas).
–¿Cuál es el «ingrediente» que aportas como actriz?
-Lo maravilloso de la actuación para mí es poder mover, quizás, alguna fibra de alguien, abrir una ventana en su cerebro o sacarle un poco de su zona de confort. Escudriñar, hacer sentir. Me gusta ser el ingrediente para eso, siento que es mi manera de cambiar el mundo y que, además, es recíproco; yo también me transformo y evoluciono en cada función, cada escena, cada línea.
–Su carrera en la televisión tiene impulso en un momento en el que la industria venezolana está en decadencia. ¿Lamenta no haber hecho más dramáticos en el país?
-De niña disfruté mucho una época de novelas venezolanas de alta calidad y a veces las anhelo, pero no era el momento para mí. Ahora hay una generación de nuevos y talentosísimos actores que hacen teatro, cantan, bailan, escriben, dirigen y se las ingenian para crear. Siento que al cerrarse una puerta, se abren miles de ventanas y es un impulso grandioso para explorar y hacer. En mi exploración, y siguiendo mi intuición, fui afortunada de formar parte de Nickelodeon. No puedo estar más feliz con esta época y este preciso momento.
–¿Regresaría a Venezuela?
-Estoy abierta a cualquier cambio, bien sea regresar a Venezuela o irme a otro país por un proyecto. Mi casa y país siempre será Venezuela, y siempre voy a tener un pie allá y el otro en donde sea que esté.
–¿Sus apellidos han sido una presión o un impulso? -Un orgullo. Cada vez más confirmo los queridos y admirados que son mis padres, no solo por ser grandes artistas, si no maravillosos seres humanos, hermosas personas y compañeros. Eso me hace llevar mis apellidos con una sonrisa enorme.
-Siendo una familia de artistas, ¿Cómo manejan la crítica entre ustedes?
-Nos gusta ser muy sinceros entre nosotros, y lo hacemos con espontaneidad, siempre desde las ganas de ayudar y mejorar el trabajo del otro. Personalmente, me gusta escuchar lo que opinan los tres (mi papá, mi mamá y mi hermano) para tener diferentes perspectivas y de ahí agarrar lo que considero que me funciona.
Fuente: DC|EU