Mientras Los Ángeles Lakers y Boston Celtics continúan su largo proceso de reconstrucción, San Antonio Spurs afronta una pretemporada de cambios y Miami Heat aún llora por LeBron James, el campeón de la NBA será un representante de la nueva élite.
Golden State Warriors, Houston Rockets, Atlanta Hawks y Cleveland Cavaliers disputarán las finales de Conferencia, de las que saldrán los dos finalistas de una temporada que confirmó un cambio de orden en el baloncesto norteamericano y el triunfo de un juego veloz de rápido movimiento de pelota y de dominio de los triples, reporta DPA.
Entre los cuatro semifinalistas solo suman tres títulos y el último fue el de Houston hace 20 años. Los Warriors lo consiguieron en 1975 y los Hawks en 1958, mientras que los Cavs no se estrenaron aún.
El cambio de guardia es especialmente marcado en el Oeste, donde Spurs o Lakers fueron campeones 12 veces en los últimos 16 años.
«Es mérito de nuestra organización y de los movimientos que ya se habían hecho antes de que llegara yo», dijo sobre la evolución de los Warriors el técnico Steve Kerr, quien debuta esta temporada en un banquillo tras haber logrado cinco anillos como jugador de Chicago Bulls y de los Spurs.
El cambio en la relación de fuerzas se pondrá en evidencia en la final del Oeste que comienza mañana entre Golden State y Houston. Y se personaliza en los astros de cada equipo. Stephen Curry condujo a los Warriors a ser el mejor equipo de la NBA en la temporada regular y fue elegido MVP por delante de James Harden, el motor de los Rockets.
«Las lesiones durante la temporada nos han hecho pelear contra la adversidad. Sentimos que no hay nada que no podamos hacer», dijo Harden sobre la tarea de batir a los Warriors, que se impusieron en los cuatro partidos de la temporada regular.
Los Rockets, que no tienen por lesión a Patrick Beverley ni al lituano Donatas Motiejunas, gozan de una gran confianza tras convertirse el domingo en el noveno equipo en remontar un 3-1 en contra frente a Los Angeles Clippers en la semifinal del Oeste.
Puede que Curry y Harden sean las nuevas estrellas del baloncesto norteamericano, pero tienen que compartir protagonismo con LeBron James, la única constante en la NBA los últimos años.
El miércoles encara con los Cavs ante Atlanta Hawks su quinta final de Conferencia Este consecutiva en busca de la quinta gran final seguida de la NBA tras haber estado en las cuatro anteriores con Miami Heat.
Ningún jugador es capaz de definir tanto a un equipo. Los Cavs firmaron la pasada temporada un balance de 33-49 y desde que el ídolo se marchó en 2010 no habían jugado los playoffs. Ahora sueñan de nuevo con lograr el título, pese a la lesión de Kevin Love y los problemas físicos de Kyrie Irving.
Miami, en su primera temporada sin «King» James, firmó un 37-45 y no entró en playoffs.
Ante Atlanta, un equipo coral, los Cavs buscarán que los secundarios ayuden a James como ya ocurrió en el partido que definió la serie ante Chicago Bulls la pasada semana.
«Quiero que estos chicos sientan este momento. Para esto volví. Estaba (en la cancha) con cuatro chicos que nunca habían disputado los playoffs y que tuvieron un papel destacado», dijo James, satisfecho con el rol de líder y mentor que asumió desde que regresó a Cleveland para tratar de ser campeón en casa. La ciudad no celebra un gran título deportivo desde 1964.
Tampoco goza de demasiada experiencia Atlanta, aunque su técnico, Mike Budenholzer, sabe lo que es ser campeón como asistente de Gregg Popovich en los Spurs.
Frente a los Cavs de James (y de Irving), opondrá a los Hawks de todos. Su quinteto titular completo fue elegido como jugadores del mes en enero. «Como dice todo el mundo, supongo que no tenemos una superestrella, pero nos crecemos en los grandes momentos», destacó el base, Jeff Teague.
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