Son perspicaces y autónomos. Para ellos no hay mayor complejidad a la hora de manejar cualquier artefacto tecnológico que esté de moda, y no es que tengan estudios especializados sino que el hecho de ser niños facilita la habilidad y el aprendizaje porque sus órganos sensoriales están ávidos en acción y reacción.
Lo que el 80 por ciento de la población desconoce, es el efecto negativo que causa pasar mucho tiempo frente al ordenador, tablet o televisor, pues permanecen alejados de la realidad que los rodea y crean un mundo imaginario independiente de la interacción social del que cada vez será más difícil separarlos, dejando el ejercicio físico necesario para el desarrollo saludable.
Para Fátima Nevado, psicóloga especialista en terapia de la conducta infantil, no cabe duda de que es un proceso de adicción el hecho de que los pequeños de la casa se aíslen del mundo real para adentrarse al tecnológico. Explicó que “llamamos adicción cuando la persona suspende o deja a un lado todas sus tareas habituales por concentrarse y dirigir su vida hacia un único objetivo, ya sea los videojuegos, consumo de sustancias o cualquier otro trastorno».
Situación alarmante
En las consultas diarias, los psicólogos observan cómo los niños cada vez más invierten gran parte de su tiempo en actividades pasivas como los videojuegos y la televisión, haciendo a un lado actividades de tipo motor como los deportes o los juegos que antes se solían practicar: el escondite, las metras, entre otros. Pero, qué está pasando… “Los videojuegos son actividades que los niños realizan dentro de sus hogares y están tranquilos, sentados, no corren ´peligro aparente´ y los papás están tranquilos porque el niño también lo está”.
Sin embargo, Jennifer Lujan, pedagoga, afirma que los infantes no solo suelen crear una dependencia hacia los dispositivos electrónicos que se deriva en una adicción, sino que se puede presentar trastornos afectivos, depresión, déficit de atención, desórdenes bipolares, psicosis, agresividad infantil. Puntualizó que el problema principal radica en la dificultad para comunicarse u organizarse fuera del contacto virtual. «Hay posibilidades de que exista un alto índice de problemas de autoestima y de inseguridad generado por el abuso de estos medios; además, hay ocasiones en que los niños manifiestan intolerancia con los demás e incluso se les dificulta la resolución de problemas, lo que afecta la formación de la personalidad del menor provocando situaciones como el acoso o bullying».
«Anti tablets»
Con la llegada de los teléfonos inteligentes, las tablets y otros aparatos electrónicos como las consolas de videojuegos, el aislamiento de los niños se acrecentó. Así lo reseñó el psicólogo Héctor Luis Milazzo, quien se considera un hombre «anti tablets».»Los niños están aún más dispersos, con descuido de alimentación, actividades físicas, y con un aprendizaje erróneo de muchas situaciones vividas a través de los videojuegos. Los padres muchas veces no se dan cuenta de estas situaciones o errores, ya que son en la mayoría de los casos los mismos que las provocan; en lugar de enseñar modales o tratar de hacer que sus hijos se involucren en las actividades, prefieren poner en sus manos un aparato que por arte de magia los desconecta del mundo real y los mantiene calmados».
Indicó que es un grave error porque «estos niños están creando una dependencia sobre un objeto no animado, donde su relación puede llegar al punto en el que no pueden vivir sin ellos y es que estos aparatos crean una dependencia similar a las drogas, en los que para dejar de utilizarlos en algunos casos ocurre un síndrome de abstinencia en el que los niños, e incluso adultos, entran en crisis; pues, se les dificulta realizar otras tareas sin estar conectados y volver al mundo real».
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