La principal razón por la que el Madrid se plantearía laventa de James es su bajón de rendimiento respecto a la temporada pasada. Lleva disputados 22 partidos y ha marcado seis goles, mientras que en la campaña 2014-15 participó en 46 encuentros y logró 17 tantos. La lesión que sufrió al principio de temporada y que le obligó a perderse 11 partidos le ha perjudicado a la hora de alcanzar su máximo nivel. Otro aspecto que tampoco está ayudando al colombiano es el esquema (4-3-3) utilizado esta temporada tanto por Benítez como por Zidane. En ese dibujo James se ha visto obligado a adaptarse a dos demarcaciones (interior y extremo) que no son en las que mejor rinde, puesto que su posición natural es la de mediapunta.
Otro aspecto que también ayuda a que el Madrid se plantee vender a James es su vida privada. El colombiano comenzó 2016 protagonizando una persecución policial por la M-40 «a 200 kilómetros por hora» cuando se dirigía al primer entrenamiento del año. Posteriormente, el jugador trató de justificar su escapada declarando que temía que le quisieran secuestrar. Pero además de se altercado, sus repetidas salidas nocturnas han colmado la paciencia del club.
Hace meses, su agente, Jorge Mendes, se puso en contacto con el Madrid para solicitar un aumento de ficha. En un primer momento el club respondió afirmativamente a la petición, pero su floja campaña ha provocado que la predisposición del Madrid a ‘premiar’ al colombiano haya cambiado radicalmente.
James ha caído en desgracia con un amplio sector del Santiago Bernabéu como dejó patente durante el derbi del pasado 27 de febrero. Ese día, el colombiano cuajó una de sus peores actuaciones en el Madrid y la grada le dedicó hasta cuatro pitadas. La más sonora en el momento de ser sustituido.
A pesar de que su rendimiento no está siendo el acorde para un jugador que costó 80 millones de euros, sigue teniendo un gran caché en Europa. De hecho, el colombiano es una de las peticiones de Guardiola para el Manchester City. United y Chelsea también le quieren.
DC|AS