Un hada madrina, o mejor dicho, un cirujano plástico tocó con su bisturí mágico a la actual miss Venezuela, Mariana Jiménez, y cambió sus facciones, al punto de convertirla, prácticamente, en otra persona.
Menos dientes, nariz más afilada, mentón a la medida, cejas alzadas y labios carnosos conforman el paquete de atributos que ganó la reina nacional en los últimos meses. Cuando ganó la corona, en octubre pasado, no lucía como patito feo, sin embargo, había que pulirle las imperfecciones que Osmel Sousa sugirió.
El Instagram no miente y fotos hay como arroz, dando prueba de que Mariana luce diferente, con un rostro más fino, delicado y refrescado. Ella misma se ha encargado de publicar las imágenes en las redes sociales, despertando todo tipo de comentarios.
“Ella se había hecho sus cositas antes del Miss Venezuela, ahora lo que está es perfeccionado. Veo que le arreglaron los dientes, son más finos, pues antes eran exagerados, parecían paletas, chicles. Con esta muchacha está pasando lo mismo que con Ivian Sarcos; cuando ganó en Maracaibo era una chama muy distinta a la que arrasó en el Miss Mundo. El trabajo de la Organización Miss Venezuela es preparar a las chicas y creo que lo están haciendo muy bien porque los resultados han sido positivos. La idea es enviar a una fuerte candidata y Mariana está enrumbándose. Lo que le falta es mejorar la oratoria”, aseguró el cronista Diego Montaldo.
Por su parte, la locutora de Metropolis 103.9 FM, Cinthia Djoubi, no ve tan necesario los retoques: “No critico los cambios, pero tampoco era lo ideal cambiar el rostro por completo. Si ganó el concurso nacional con su rostro fino y alargado… ¿Por qué cambiarlo? Ahora su cara se ve ovalada, su nariz también es otra, así como su boca. Creo que va a tener que cambiar la cédula de identidad y el pasaporte porque parece otra persona”.
Después de todo, es un concurso de belleza y los antecedentes evidencian que las cirugías a veces dan el empujoncito necesario. Y que lo diga María Gabriela Isler.
DC | Panorama