El FC Barcelona afronta este sábado (19H30 GMT) en su estadio la primera de las dos finales que lo distancian del triplete ante un Athletic de Bilbao con sed de venganza que quiere levantar la Copa del Rey 31 años después.
Se trata de la tercera final entre los dos históricos equipos españoles en los últimos siete años, siempre decantadas para los catalanes. En 2009, ese título lanzó al Barcelona hacia su primer triplete y, en 2012, sirvió para despedir a Pep Guardiola del banquillo azulgrana.
Este sábado, el Camp Nou también dirá adiós a una leyenda del club, Xavi Hernández, que puede jugar su último partido en el estadio antes de su despedida definitiva en Berlín el 6 de junio con la final de la Liga de Campeones ante la Juventus.
“Estamos muy orgullosos de haber ganado la Liga. Ahora viene la Copa, que parece un título menor pero nos importa como la Champions”, dijo el central del Barcelona Gerard Piqué.
La vuelta del central español a su mejor estado de forma fue clave en el rendimiento defensivo del Barcelona, que acumula 29 victorias en los últimos 33 partidos y se encuentra a solo dos partidos del triplete.
En los 38 partidos de Liga, el Barça solo concedió 21 goles y, bajo el mando de Luis Enrique, mejoró notablemente en las jugadas de estrategia, tanto defensiva como ofensivamente.
Aun así, cuando se analizan las razones del buen rendimiento de este equipo, que hace un año parecía condenado al ocaso, todas las miradas coinciden en el triplete ofensivo formado por Lionel Messi, Neymar y Luis Suárez, que acumula la friolera cifra de 117 goles esta temporada.
“Contamos con tres delanteros arriba, que son los tres mejores jugadores que hay ahora mismo a nivel ofensivo, se entienden a la perfección y se llevan de maravilla”, reconoció el central internacional por España.
Suárez, que con molestias musculares no jugaba desde la vuelta de la semifinal de Champions ante el Bayern de Múnich, reaparecerá para participar en su primera final como jugador azulgrana.
Pero mientras muchos aficionados azulgranas parecen dar la Copa por sentada y miran de reojo el choque con la Juventus, el Athletic llega a Barcelona con la intención de vender cara la derrota en una competición que le solía sonreír.
Es el segundo equipo con más títulos coperos, 23 –tres por detrás del Barcelona–, aunque la última la levantó en la temporada de 1983-84, en la que los vascos también ganaron la Liga.
Desde entonces acumulan 31 años de sequía con tres finales de Copa perdidas y una de la Liga Europa en 2009 ante el Atlético de Madrid.
La tarea no parece fácil. En su último enfrentamiento, en febrero en San Mamés, Messi hizo trizas a los “leones” que terminaron encajando un 5-2. Sin embargo, los hombres dirigidos por Ernesto Valverde también llegan al tramo final de temporada en un gran momento de forma.
Tras un inicio de campaña decepcionante, en que bordearon las posiciones de descenso, el Athletic Bilbao remontó hasta las posiciones de Liga Europa y acumula una racha de siete partidos imbatido.
“Queremos tratarles de tú a tú, dar la cara, hacerles un partido difícil, que lo pasen mal, sacar lo peor de ellos. No son invencibles”, dijo el joven talento bilbaíno Iñaki Williams.
Valverde no dispondrá de jugadores clave como Oscar de Marcos, sancionado, o Iker Muniain y Ander Iturraspe, lesionados de gravedad, aunque contará con la experiencia del lateral derecho de Andoni Iraola, que disputará su último partido tras 12 años y casi 500 apariciones.
También contarán con el apoyo de su afición, siempre entregada con su equipo, que llenará la mitad de los 99.000 asientos del Camp Nou.
“Hay que saber aguantar la presión y los nervios. Sabemos que el Barcelona es muy buen equipo y tenemos que ir pensando en que tenemos que hacer bien las cosas e ir a por el partido”, opinó el central Aymeric Laporte.
“Hay mucho talento en ese equipo y tenemos que vigilarles en cada gesto y en cada jugada”, añadió
DC – AFP