La popularidad del gobernante Nicolás Maduro está en niveles alarmantemente bajos y la del chavismo han caído a mínimos nunca antes vistos, ante la agudización de la escasez en Venezuela, los escándalos de corrupción y las investigaciones de los presuntos nexos de líderes claves con el narcotráfico.
La popularidad del gobernante Nicolás Maduro está en niveles alarmantemente bajos y la del chavismo han caído a mínimos nunca antes vistos, ante la agudización de la escasez en Venezuela, los escándalos de corrupción y las investigaciones de los presuntos nexos de líderes claves con el narcotráfico. | Ariana Cubillos AP
La popularidad del chavismo continúa cayendo aceleradamente y el nivel de aprobación del gobernante venezolano Nicolás Maduro podría estar alrededor del 10 por ciento, tras una espiral de desabastecimiento de alimentos y productos básicos que no parece tocar fondo.
Según datos de la firma de asesores Data Mining, el chavismo ha perdido más de 10 puntos de popularidad en lo que va de año y ahora se ubica en un 20 por ciento, mientras que la de Maduro está nueve puntos por debajo de ese nivel.
“La situación está llegando a un punto de fatiga y de desesperanza acumulada. Tenemos un chavismo muy golpeado, con niveles históricos más bajos desde que el chavismo es chavismo”, dijo el asesor político Orlando Viera-Blanco, director de Data Mining.
Y las investigaciones en Estados Unidos por narcotráfico de altos funcionarios del gobierno están acentuando los dolores de cabeza entre los herederos del fallecido Hugo Chávez, ya que cuestionan la integridad y la futura viabilidad política de líderes clave que de otra manera estarían siendo vistos por los seguidores del chavismo como una alternativa a Maduro.
“Les ha golpeado mucho la denuncia internacional, ha sido un tema muy duro”, comentó Viera-Blanco, cuya firma realiza periódicamente sesiones focales con electores pertenecientes a los sectores populares, donde previamente dominaba el chavismo.
Según artículos publicados por varios diarios estadounidenses, incluyendo The Wall Street Journal, The New York Times, The Washington Post y el Nuevo Herald, al menos dos fiscalías de Estados Unidos investigan al denominado Cartel de Los Soles, organización criminal conformada por personajes claves del chavismo que monopoliza el tráfico de droga en Venezuela.
Parte fundamental de esas investigaciones son las declaraciones del ex jefe de seguridad de Chávez, el capitán de corbeta Leamsy Salazar, quien se convirtió en testigo protegido de la fiscalía federal de Manhattan trayendo pruebas de que el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, es el máximo líder del cartel.
Otro de los chavistas clave bajo investigación son el actual gobernador del estado Aragua y ex ministro de Interior y Justicia, Tarek El Aissami, así como el ex jefe de Intelitencia Militar, el general Hugo Carvajal.
Entre las opiniones emitidas durante esas sesiones quedaron registradas: “Lo que viene es muy feo”; “El comandante [Hugo Chávez] se equivocó [al designar a Maduro]”; “Esto ya no puede seguir”; “Plata hay, pero ya no hago nada con eso” ; “Esto ya no dura más, con un pollo con 700 bolívares” y “Maduro está siendo arrastrado”, relató Viera-Blanco.
La caída en la popularidad del chavismo se produce tras un largo período de creciente escasez de productos, en los que los venezolanos se ven obligados a pasar cada vez más tiempo haciendo cola para ingresar a supermercados semivacíos.
Anteriormente, una proporción significativa de venezolanos podía contrarrestar la falta de productos en los supermercados acudiendo al mercado negro, pero los precios registrados allí se han vuelto inaccesibles para los sectores populares, en una economía que podría estar dando sus primeros pasos en un proceso de hiperinflación.
Aún así, la pérdida de popularidad del chavismo no quiere decir que las filas de la oposición están en aumento.
Los analistas dijeron que hay cerca de un 30 por ciento del electorado que era previamente chavista y que desea un cambio, pero que no siente simpatía por ninguno de los dos bandos.
“Hay un gran malestar hacia el gobierno y hacia el PSUV, el partido de gobierno, pero ese chavista inconforme no está migrando hacia la oposición”, comentó el dirigente opositor Pablo Medina.
“No migra porque la oposición tampoco tiene puentes hacia ellos, porque el discurso de los partidos de la oposición van dirigido hacia la oposición casi exclusivamente”, dijo Medina desde Miami.
Mientras tanto, un grupo de chavistas disidentes, autodenominado “Marea Socialista, está comenzando a hacer ruido entre el segmento inconforme de la población chavista.
“Cada día vemos que dentro del chavismo duro, una Marea Socialista ya independiente, ya habiendo roto abiertamente con el chavismo, capitaliza cada vez más el chavismo de base, y se comienza a constituir como una alternativa chavista de oposición”, comentó desde Londres Diego Moya-Ocampos, analista senior para América Latina de IHS Global Insight/IHS Jane’s.
“Si bien, Marea Socialista no se identifica con la oposición, claramente es hoy un movimiento disidente dentro del chavismo, que cada vez toma más fuerza, convirtiéndose claramente en una amenaza para Maduro y para el régimen”, agregó.
El movimiento, cuya inscripción como partido fue recientemente rechazada por el Consejo Nacional Electoral, ha recogido la bandera de que el régimen de Maduro se ha alejado de los valores tradicionales del chavismo para entregarse de cuerpo y alma a la corrupción, lo que es la causa de la falta de resolución de los problemas básicos de los venezolanos, explicó Moya.
Es un movimiento que cuestiona directamente la gestión de la “cúpula elitista” del régimen, agregó.