En El Carabobeño, el Suplemento Infantil sucumbe, después de 38 años de historia compartida con los niños, a los desmanes de un Gobierno que cada día monopoliza y controla más.
El Suplemento Infantil, el preferido de generaciones de lectores que se divirtieron y aprendieron en sus páginas, que interactuaron con el diario o que hicieron con él sus tareas, fue el punto de partida para un único e interesante programa ideado por este medio y desarrollado conjuntamente con la Universidad de Carabobo: el proyecto Prensa Escuela. El uso del periódico como recurso del aula para la lectura, para las manualidades, para la creación, fue su propuesta central. Al acabarse el papel, también se acaba el programa y con él esa apuesta a la creatividad que en Venezuela no es bien vista por el Gobierno.
Este producto editorial es la nueva víctima de este régimen, empecinado en acabar con El Carabobeño para evitar que sus páginas sigan siendo la tribuna para las exigencias de la colectividad, para la denuncia oportuna. Es una duda latente, pero todo parece indicar que es al gobernador Francisco Ameliach a quien no le conviene la competencia que este diario representa para sus nuevos intereses.
Mientras tanto, se siente la pasividad en la calle. Pareciera que a muchos les preocupa más conseguir dos kilos de leche, aunque sea bajo la lluvia, que defender un patrimonio carabobeño con más de 81 años de historia. Preocupa más la harina PAN que la pérdida de la libertad para comprar lo que queramos, dónde queramos y el día que nos provoque. Ahora solo podemos adquirir comida, en muchos establecimientos, una vez a la semana y por número de cédula. Hemos hablado siempre de Cuba y de la pérdida de sus libertades, sin darnos cuenta de que ésta es ya nuestra realidad.
En los colegios aún se debate sobre la aplicación del currículo nacional bolivariano, ese que impulsa la figura del líder fallecido, que muestra abiertamente escenas de sexo en los libros de una colección creada por los ideólogos del régimen. Esta es la educación que impulsa el Ejecutivo, basada en la mediocridad y el atraso, que no consigue eco en publicaciones como el Suplemento Infantil. Quizá por eso, a estos gobiernos, ni al nacional ni al regional, les importe que una publicación como ésta, pensada con planteamientos positivos, centrada en educar, desaparezca.
Hoy es el Infantil, en unos días será El Carabobeño. Nos estamos acostumbrando a una forma de vida que jamás debimos haber padecido, y donde cada vez existe menos la condición más preciada de la existencia humana: La Libertad.
Fuente: DC|ElCarabobeño