Ya no solo se trata de desconocer a la oposición y a personas neutrales en medios televisivos y radiales del Estado, pagados con el erario nacional.
Maduro insiste en la hegemonía comunicacional, bloqueando accesos a páginas web y manteniendo, con dinero del país, la imposición de tendencias en redes sociales. En tiempos de la llamada revolución socialista que se vive en Venezuela, iniciada por Hugo Chávez y heredada por su sucesor, Nicolás Maduro, el país ha sufrido un deterioro profundo a su derecho a la libertad de expresión y en medio de la grave situación económica que sufre la nación, el Ejecutivo Nacional insiste en invertir recursos en propaganda política que abarcan tanto medios tradicionales como alternativos.
Aunque el alcance de los medios y redes sociales es menor que el de medios como la televisión y la radio en todo el territorio nacional, cada vez crece el número de personas que tiene acceso a internet.
A principios de este mes, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones informó que para el primer trimestre de este año la cantidad de usuarios de Internet por telefonía con al menos un plan de datos aumentó a 12.984.786, mientras que los usuarios de banda ancha o telefonía fija aumentó a 3.694.093 usuarios.
Por eso, tras fórmulas tales como el cierre de medios, persecución judicial a periodistas y compra y venta de empresas informativas, el régimen ha elevado su intención de silenciar a la disidencia y controlar el pensamiento de la población, a niveles tecnológicos.
“El año pasado se bloquearon centenares de páginas por parte de Conatel, sin seguir procedimientos judiciales, sino nada más por decisión administrativa y eso ya representa muchos abusos”, señala el periodista y experto en el área de Comunicación y Redes del Centro Gumilla, Luis Carlos Díaz.
La represión del pensamiento por Twitter
La revolución también encarcela por twittear. Recordemos que durante el Gobierno de Chávez hubo cuatro presos por mensajes en materia financiera en Twitter, bajo el alegato de que los textos ponían en peligro el sistema financiero.
En 2014, con Maduro en el poder, la intención de un pensamiento controlado causó la detención de seis personas, por informaciones en Twitter, consideradas “delicadas” por parte del régimen.
“El Gobierno dice: vamos a cuidar al pueblo de sí mismo, de la falsa información, pobrecito. Y eso es grave, porque quienes imponen ese mismo control es la gente que por ejemplo tiene años censurando sucesos en medios oficiales. Son autoridades que carecen de legitimidad para ambos bandos, en el conflicto venezolano y lo que están aprovechando es que tienen el poder de su lado para poder oprimir a la otra parte. Es decir, no solamente están vetados los opositores en medios oficiales, cosa que ya ocurre en Venezuela, sino que ahora, la ciudadanía, que en redes es libre y dice cualquier cosa que necesite, pues ahora también podrá ser reprimida, señalada, y eso lo que hace es empobrecer el clima democrático del país”, denunció Díaz.
Díaz destaca, no obstante, que este tipo de medidas puede ser eficiente para detener a alguien que te parezca incómodo, pero no se logra ese efecto tan amplio.
“En Venezuela, la gente ha hecho énfasis en Twitter. Pero la gente está en todas partes. Se mandan listas de correos, se manda mensajería masiva a Whats App, Telegram y otras plataformas, algunas encriptadas. La información fluye por todas partes”, resaltó.
Recursos del estado para lavar la imagen del gobierno
Las redes sociales han sido empleadas para todos los sectores del país. Facebook, Twittter, entre otros, son usados por oficialistas y opositores. Por eso, “el Gobierno no puede decir que twittear es desestabilizador terrorista y cerrarlo”.
Ante ello, el régimen ha preferido sembrar tendencias artificiales en las redes, con uso de recursos de todos los venezolanos. “Ellos tienen incluso funcionarios públicos pagados para trabajar allí. Para enviar mensajes todos los días, para marcar tendencias”, destacó Díaz.
“Eso no es oculto, eso no es una cosa escondida. Desde tiempos de la Misión Chávez Candanga tienen a personas encargadas, a dedicación exclusiva, para atender los mensajes que le mandan al presidente y para después atender las redes sociales y escribir mensajes favorables al presidente en Twitter”, indicó el experto.
DC | Tal Cual