La inundación del nuevo complejo de esclusas del canal ampliado de Panamá se inició el jueves, un paso que acerca la esperada conclusión de la multimillonaria obra que pretende cambiar el comercio marítimo.
«Hoy comenzamos a ver la luz al final del túnel», manifestó el administrador del Canal de Panamá, Jorge Quijano, minutos después de que abrieron las diez válvulas que permitió que una corriente de agua del Lago Gatún se internara por gravedad a la cámara de las esclusas. «Es el principio del fin. En menos de un año, Panamá comenzará a sacarle provecho» a la ampliación, agregó.
Mediante una red de tuberías y válvulas, la Autoridad del Canal pasó el torrente a la gigantesca cámara que se llenará paulatinamente y permitirá las primeras pruebas electromecánicas del inédito sistema.
El consorcio de empresas constructoras Grupo Unidos por el Canal estima que el llenado de los dos complejos de esclusas en el Atlántico y el Pacífico, que se harán por separado, y las pruebas subsiguientes tomarán entre seis y siete meses.
«Es un proceso seguramente muy complicado», dijo el director de la obra Giuseppe Quarta en un reciente encuentro con periodistas. «Esta es un esclusa única y hay muchísimos componentes que tienen que trabajar juntos para que las cosas funcionen como corresponden», agregó.
Cada complejo de esclusas cuenta con pesadas compuertas de acero y numerosas válvulas. Son más anchas y largas que las del canal original y permitirán el paso de buques de mayor calado.
El llenado se inicia en el Atlántico debido a que la construcción del nuevo carril de esclusas en ese sector avanzó más rápido que en el Pacífico, donde se prevé que se inicie la inundación entre agosto y septiembre mediante el sistema de bombeo de agua.
Las previsiones de las constructoras y las autoridades canaleras apuntan a que la expansión esté operativa para abril de 2016, un año y varios meses después de lo previsto originalmente. La ampliación tiene un avance de casi 90 por ciento.
Panamá decidió hace una década impulsar la mayor reforma estructural del canal a fin de duplicar su capacidad y enfrentar la competencia de otras rutas, como el canal de Suez. La ampliación le cuesta al país centroamericano 5,250 millones de dólares.
A medida que se ha ido demorando la obra el país ha visto irse a importantes líneas navieras a Suez, mientras que los países usuarios, como Estados Unidos y Japón, esperan con ansias el inicio de operaciones del canal ampliado para acortar la ruta a barcos gigantes que transportan gas natural licuado desde la costa sur estadounidense hacia la nación asiática. Panamá le apunta con fuerza a este nuevo negocio.
DC | AFP