La gran mayoría de los venezolanos y venezolanas desconoce la verdadera función de un diputado de la Asamblea Nacional y de los Legisladores de los Estados, y es común que los ciudadanos nos atribuyan responsabilidades propias de un Alcalde, Gobernador, Ministro, y hasta funciones propias del poder ejecutivo nacional. Y se tiene la creencia que los Diputados administramos recursos del estado.
Un diputado en cumplimiento de los mandatos constitucionales (art. 197 cont.) de su vinculación con sus electores de la circunscripción por la cual fuimos electos, atiende mucha gente en la sede de la Asamblea Nacional, en los barrios, parroquias y municipios y/o en cualquier lugar público o privado del País, donde se nos pide apoyo para la compra de un terreno, aportes para adquirir materiales de construcción para mejorar viviendas, créditos, ayudas económicas, ayudas para medicina, viajes, estudios médicos especializados, alimentos, becas de estudios, pensiones, útiles escolares, anteojos, empleos, construcción de obras en un determinado sector o comunidad, y un sinfín de cosas que, en muchos casos no está en nuestras manos poder resolver, pero que por lo general logramos canalizar satisfactoriamente algunos casos.
Ser un diputado opositor al gobierno en Venezuela complica aún más su labor, y la de poder cumplir como quisiéramos con las demandas de la gente, que forma parte de la deuda social acumulada que existe en los barrios, por parte de Presidentes, Ministros, Institutos autónomos, Gobernadores, Alcaldes. Y por desconocerse la función de un diputado, también asumimos el costo político que representa el incumplimiento de tantos ofrecimientos demagógicos de muchos.
Esa es una realidad que no podemos ocultar y que vivimos a diario en nuestros circuitos, dejando establecido que los diputados no manejamos partidas presupuestarias destinadas para esos menesteres. Pero sí tenemos la facultad de gestoría en apoyo a las demandas de nuestros electores, y lo hacemos con pasión y responsabilidad en la medida de nuestras posibilidades.
Pero los diputados tenemos muchas atribuciones, obligaciones y responsabilidades que cumplir, previstas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el TITULO V, CAPITULO I. Del Poder Legislativo Nacional.
Los diputados debemos recordar que somos uno de los cuatro poderes: el Legislativo. La Constitución y el Reglamento Interior y de debates definen claramente nuestros derechos, deberes y obligaciones. A pesar de existir candidatos que son más de lo mismo, son agentes de quienes han dirigido por mal camino al país durante dieciséis años, ofreciendo sembradíos de acetaminofén y cuanta cosa se les ocurre para tratar de seguir engañando al pueblo, que espera ansioso las elecciones parlamentarias para castigarlos con el voto y poder superar la situación que hoy vive Venezuela.
DC / Freddy Paz / Diputado del CLEZ / @freddyspaz