La inauguración de la discoteca de «El Yate Club», ubicada en la cárcel de San Antonio, se realizó el Jueves Santo con la presencia de amigos y familiares de los reos de ese penal, que extendieron la invitación a través de mensajes que difundieron en las redes sociales, destacó el diario El Universal.
En esa invitación, los reclusos destacaban todas las comodidades del nuevo local, con capacidad para 600 personas, con «sonido profesional, luces espectaculares de última generación, aire acondicionado, stripers, chicas malas y todos los juguetes», informó el diario.
Citando a fuentes del ministerio de Asuntos Penitenciarios, que por ahora no se ha pronunciado oficialmente sobre esta información, el rotativo aseguró que la fiesta se extendió hasta horas de la madrugada del viernes. Venezuela atraviesa desde hace muchos años una crisis carcelaria caracterizada por problemas de insalubridad, hacinamiento, falta de infraestructura y una violencia que se cobró 591 víctimas mortales el año pasado, según un balance de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
En muchos casos, los centros han pasado bajo control de los reclusos, fuertemente armados, y a la vez mandados por un jefe, el pran. Si bien las discotecas están prohibidas en las cárceles venezolanas, la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, defiende que las actividades lúdicas sirven para disminuir los niveles de violencia en las cárceles.
«Hay varias cárceles en el país que fueron hechas para llevar actividades distintas con el objeto de bajar los niveles de violencia», dijo la ministra en una entrevista a la emisora Unión Radio el año pasado.
Esas instalaciones «no pueden quitarse de la noche a la mañana», agregó, reconociendo que hay otras cárceles que cuentan con piscinas y lugares de esparcimiento para los hijos de los internos. Según el OVP, en 2012 las cárceles venezolanas albergaban a 48.262 presos para una capacidad de 16.539.
DC/ AFP