Unas 375 personas renuncian a sus puestos de trabajo cada día en Panamá. Esta movilidad laboral es el reflejo del crecimiento económico que en promedio ha sido de 8.3% en la última década.
Sucede que a mayor actividad comercial, más oportunidades de trabajo se presentan para los miles de profesionales que buscan mejores condiciones laborales.
De acuerdo con Ricardo Alemán, socio de la firma de abogados especializada en el ámbito laboral y migratorio BDS Asesores, se trata de un ritmo muy natural en un país cuya economía crece año tras año, y en el que hay una fuerte presencia de multinacionales.
“La mayoría de las renuncias que se ratifican ante el Ministerio de Trabajo obedecen a ese fenómeno, el de la movilidad interna de los trabajadores”, sostiene. La migración de personas entre las diversas empresas, según Alemán, se manifiesta mayormente en actividades como el turismo, los call centers y la banca.
Hasta mayo de este año se han contabilizado 55 mil 588 renuncias en el territorio nacional, y el año pasado se presentaron 135 mil 192 dimisiones, según cifras del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel). Hernando Rodríguez, director nacional de Empleo del Mitradel, agrega a la ecuación el bajo índice de desempleo (4.8%), a pesar de que aumentó en comparación con el año 2013, cuando era de 4.1%.
Ante un escenario como este, las empresas enfrentan el gran reto de retener a su personal y ofrecer condiciones laborales favorables para que el talento no migre. Muchos profesionales no solo buscan una buena remuneración, sino horarios flexibles, beneficios de salud para ellos o para sus hijos, y estructuras organizacionales en donde existan oportunidades para crecer.
Pérdida de talento
Según el libro Retención de Talento, de Dychtwald, Erickson y Moriso, en el mercado laboral de los países avanzados, el envejecimiento de la población y la baja natalidad están llevando a las empresas a una lucha en la que no solo se pretende la captación del talento, sino también la retención del personal más cualificado.
La escasez de personas preparadas para el trabajo, la pérdida de lealtad y la falta de adaptación entre lo que la escuela produce y el sistema necesita hacen más difícil la gestión empresarial.
Además, el tema de la jubilación de los trabajadores maduros preocupa a la mayoría de las empresas porque supone una gran pérdida de experiencia y conocimiento.
Por su parte, los trabajadores de mediana edad no muestran compromiso ni pasión por el trabajo y los jóvenes están en continuo movimiento.
¿Por qué renuncian?
El experto en cultura organizacional Ernesto Uscher explicó que hace falta mayor compromiso con los colaboradores de las empresas.
Habló de este aspecto en la exposición “El impacto de la cultura organizacional en la retención de talento”, organizada por la Asociación Nacional de Profesionales de Recursos Humanos de Panama (Anreh). Uscher, líder de las operaciones en Latinoamérica de The RBL Group, explicó precisamente a los líderes de recursos humanos que en muchos casos los empleados renuncian de sus puestos de trabajo por sus jefes.
“En la mayoría de los casos cuando hablamos de esto, los jefes no saben cómo manejarlo para ayudar a la gente”. Las empresas, por tanto, tienen que asumir una cuota de responsabilidad si se quieren quedar con los mejores trabajadores. Deben velar por el bienestar de sus empleados, capacitarlos y aprovechar sus talentos al máximo. El experto afirma que las empresas deben definir un sentido de urgencia en la
inversión del talento y el liderazgo.
A su criterio, las mejores empresas demuestran de manera explícita la relación entre talento y desempeño, miden la cantidad y calidad del talento y su impacto en los indicadores críticos para los accionistas.
También destacó la necesidad de priorizar a los líderes en cargos críticos; involucrarlos en los programas de evaluación del talento, planes de sucesión y desarrollo, así como identificar las vulnerabilidades.
A su juicio, la clave para los líderes empresariales es saber cómo desarrollar estrategias de retención que permitan identificar de manera temprana cuáles son las personas esenciales que van a estar en capacidad de ayudar a desarrollar la organización.
“La preocupación es cómo trabajar; en cargos clave hay deserción en las compañías que no han desarrollado de forma correcta el talento”. Según el expositor hay que cuidar a las personas que se desempeñan en cargos críticos. En esta categoría no solo incluye a los directores o gerentes. También considera a personas con salario mínimo, pero con una función delicada.
DC – La Prensa