Lilian Tintori nos recibe en un hotel de Madrid. Su agenda es imposible, una reunión se solapa con otra. Pero es mujer y puede hacer cuatro cosas al mismo tiempo. Viene de reunirse con elex presidente español José María Aznar y luego le espera Felipe González porque «los derechos humanos no son de derechas ni de izquierdas».
Ella es ahora los ojos y la voz de su marido, el opositor venezolano Leopoldo López, encarcelado en la prisión de Ramo Verde desde febrero de 2014. Está en Madrid porque quiere recabar apoyos para lograr dos objetivos: la liberación de 75 presos políticos y que observadores internaciones velen por «la transparencia» de unas elecciones que tienen fecha gracias al ‘hambre’ de democracia de su esposo.
¿Cómo se encuentra Leopoldo López tras pasar un mes en huelga de hambre?
Se está recuperando. Pasó 30 días sin comer y levantó la huelga al día siguiente de que se fijara la fecha de las elecciones parlamentarias el 6 de diciembre. Durante los primeros cinco días tomó sopas y vegetales y ahora empieza a comer sólidos para recuperar su aparato disgestivo y su masa corporal. Está muy delgado, perdió 14,5 kilos. Me preocupa porque no sabemos cómo está por dentro, ningún médico ha podido examinarle. El Gobierno de Maduro impidió que nuestro médico personal le visitara.
Se ha reunido con el ex presidente Aznar, ¿le ha dado algún consejo?
Me dicho que sigamos luchando, que la libertad tiene que estar cerca. También quiero agradecer su apoyo a Felipe González. Esta lucha es por los derechos humanos y va más allá de la política. La declaración de Panamá la firmaron ambos presidentes y es el ejemplo de que luchan por la democracia.
Crecen los rumores en la prensa venezolana sobre la posible liberación de presos políticos, ¿qué hay de cierto en esas informaciones?
Hay muchos rumores y siento que hay mucha presión internacional para la liberación. No pueden encarcelar las voces, pensar distinto no es un delito. Venezuela está hoy bajo la lupa de la comunidad internacional. Maduro está acorralado. No fue a ver al Papa a Roma, no fue a la Celac. No puede dar la cara porque tiene a Venezuela en crisis, con presos políticos, y vamos a unas elecciones en las que queremos observación internacional calificada. Por todos lados debe ver que tiene que dar un acto democrático.
Uno de los tres requisitos de la oposición es la presencia de observadores internacionales enel proceso electoral, ¿hay avances en este sentido?
Durante la huelga [de Leopoldo López] vimos cómo Unasur, la OEA y la UE se pronunciaron. Es un gran avance y un primer paso para lograr la observación internacional. Quedan cinco meses para las elecciones y la observación tiene que ser desde ya, porque el Gobierno tiene un control absoluto de los medios y usa los recursos del Estado para hacer propaganda política. La campaña no es imparcial, está absolutamente manipulada, y eso es lo que queremos evitar. Queremos elecciones libres, transparente y confiables. Queremos que la UE, la OEA y Unasur realicen una observación calificada desde ahora. Queremos la libertad de todos los presos políticos porque queremos tener libertad de representación. Para eso pedimos la libertad de nuestros líderes, estudiantes y alcaldes que están presos.
¿En el caso de que sólo sea Unasur quien supervise las elecciones, estarían dispuestos a aceptar el resultado?
Nosotros estamos pidiendo y exigiendo que estas elecciones tengan observación internacional calificada. Eso quiere decir que tiene que ir Unasur acompañado de la UE y la OEA.
¿Acaba de regresar de Ginebra para pedir la liberación de los presos políticos ante la ONU?
Teníamos 77 presos políticos pero la noche que Leopoldo levantó la huelga de hambre liberaron a dos jóvenes líderes. Quedan 75, entre ellos hay tuiteros. Es el caso de Inesita, una venezolana que también tiene la nacionalidad española, que está presa por escribir tuits en contra de Maduro. Está preso Renzo Prieto, un líder estudiantil que lucha por la democracia venezolana y que desde la cárcel dijo que prefiere estar preso que en la calle silente. Puedo contar cada caso de estos hombres y mujeres que son el futuro de nuestro país y que hoy están en prisión por pensar distinto y por querer una mejor Venezuela. Son 75 y yo he asumido la defensa de todos: hablo en nombre de los presos, los perseguidos, los torturados, los asesinados, los que ya no están. Vivimos con un 97% de impunidad según la ONU.
Las esposas de los opositores han tomado las riendas para ser su voz en el exterior…
¡Arriba las mujeres!, qué le puedo decir… Lo hacemos por amor. Es un trabajo sin descanso porque es un compromiso moral, espiritual. Tengo que devolverle el papá a mis hijos y a Venezuela a su líder. Tengo que devolver a Venezuela la esperanza, y la esperanza está en nuestros líderes presos. Nos tocó y lo asumimos con mucho amor y con muchísima responsabilidad.
¿Cómo va a afectar a Venezuela la apertura de la embajada de EE.UU. en Cuba?
Pienso que las relaciones nunca se deben romper. El diálogo tiene que ser importante y prioritario para lograr el progreso entre países. Estas relaciones son positivas siempre y cuando la bandera de los Derechos Humanos no admita dobles estándares. Y en Venezuela la situación es crítica.
¿Cuál es el siguiente paso en la hoja de ruta de Leopoldo? ¿Por qué no se presenta a las elecciones?
No está planteado. El siguiente paso es el del primer día: democracia y Derechos Humanos. Lo que hemos vivido este año ha sido un rescate de espacios de libertad empezando por la opinión pública. A nivel internacional se decía que en Venezuela había una democracia. Hoy sabemos que no es así, que tenemos las características de un régimen totalitario y de una democracia traicionada, como diría Felipe González.
¿Leopoldo será el futuro presidente de Venezuela?
No lo sé. Lo que sí sé es que no va a dejar de hacer política, de luchar por la democracia y las libertades en Venezuela. Él siempre ha dicho que no importa dónde esté, que lo importante es transformar la realidad venezolana. Sobre si va a ser presidente o no… será lo que decida el pueblo.
Pablo Iglesias no se ha reunido con la mujer de Ledezma alegando problemas de agenda. ¿Ha pedido una reunión con el líder de Podemos?
No. Ya se lo pedí hace un año. Mandé a Pablo Iglesias y a Podemos toda la documentación sobre el caso de Leopoldo López y los presos políticos. Les pedí solidaridad y que reclamaran la libertad de los presos políticos en Venezuela. Y, como ya le he dicho, respecto a la lucha por los Derechos Humanos no podemos admitir dobles estándares. O estás en contra de que se vulneren o estás silente y eres cómplice.
¿Algún miembro del Gobierno venezolano se ha puesto en contacto con su familia después de que Leopoldo abandonara la huelga de hambre?
Hemos estado en contacto con la Defensoría del Pueblo, porque es el ente que visita a los presos políticos y hace un seguimiento de cómo están. Con ellos tenemos contacto.
¿Ha experimentado alguna mejora en el trato con Gobierno, alguna distensión?
Sí. El 85% de los venezolanos queremos un cambio. Antes no había diálogo, no nos miraban. Antes no nos respetaban y ahora nos reconocen, respetan, escuchan y saludan. Y muchos van diciendo ‘esto que está pasando es injusto’. Incluso dentro del Palacio de Justicia…
¿Tiene alguna información de los contactos entre funcionarios de EEUU y Diosdado Cabello?
No, ninguna.
¿Cuál fue la reacción de Leopoldo al ver que se habían conseguido las elecciones?
Imagina la emoción. Me dijo que quería brincar para celebrarlo porque teníamos miedo de que no dieran la fecha. Pero no podía brincar porque no tenía fuerza, llevaba 30 días sin comer. Se recostaba en las paredes porque no podía caminar. Esa misma noche escribió una carta y el día siguiente me la mandó con el abogado, la leí públicamente y levantó la huelga y empezó a comer.
¿Por qué precipita su vuelta a Venezuela cuando estaba previsto que se quedara el fin de semana?
Tengo que regresar porque quiero cuidar a Leopoldo. Está empezando a comer de nuevo y quiero estar con él y mis hijos. No le ha visto un médico y mi lugar ahora está allí.
¿La apertura en Cuba no va a repercutir en una apertura en Venezuela?
Ojalá. Hemos visto durante años lo que ha pasado por Cuba. Nosotros estamos abiertos al diálogo. Esto lo hablé con con el cardenal Parolin, que es muy consciente de lo que está pasando en Venezuela. Él me dijo que Cuba se acercó a la Igleisa y conversaron. Creo que son pasos buenos para el cambio porque es lo que tenemos que hacer, buscar progreso, cambio. Donde haya violación de los Derechos Humanos, que no haya más. Donde haya encarcelamientos injustos, liberar a los encarcelados. Donde haya presos políticos, sacarlos de la cárcel y que no pase más.
¿Se ha reunido con el Papa Francisco?
Sí, en mayo del año pasado. Fue una audiencia pública y el mensaje que me dio fue claro: fortaleza. Para seguir y para lograr el cambio en Venezuela.
¿Leopoldo estaba dispuesto a llegar hasta el final en su huelga de hambre?
Era una huelga para la vida y para la dignidad. Se logró la fecha electoral y dos liberaciones. Tienen que venir más. Falta la observación internacional y tiene que cesar la persecución y la represión. Leopoldo no se iba a dejar morir, él no lo iba a permitir y yo tampoco. Leopoldo es la esperanza, es el futuro en Venezuela. La huelga de hambre fue una cosa muy bien pensada y planificada. Se preparó para entrar a la huelga y está preparado para salir de ella.
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DC | El Mundo