Este domingo se conmemoran 111 años del nacimiento de poeta chileno Pablo Neruda, quien ha quedado en la posteridad en cada uno de las obras que regaló a la humanidad.
Sobre el poeta, que nació en 1904 en Parral con el nombre de Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, se han escrito gran cantidad de textos por parte de sus amigos, su amada viuda Matilde Urrutia así como historiadores, quienes no dejan de destacar el legado del hombre que durante toda su vida fue un viajero incansable y no cesó en su amor por la tierra que lo vio nacer.
Entre sus múltiples reconocimientos, se encuentran el Premio Nobel de Literatura en 1971 y un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Oxford además fue un destacado activista político, senador, miembro del Comité Central del Partido Comunista, precandidato a la presidencia de su país y embajador en Francia.
El joven Neruda perdió a su madre poco después de darle a luz a consecuencia de tuberculosis, quedó bajo el cuido de su padre, José del Carmen Reyes Morales, un conductor de tren que cargaba piedras, quien luego de dos años se casó con Trinidad Cambia Marverde, de la que luego escribiría “era una mujer dulce y diligente, tenía sentido del humor campesino y una bondad activa e infatigable”.
Trnidad Cambia fue la figura materna que conoció el poeta, a quien cariñosamente llamaba “mamadre”.
Para el año 1917, publicó su primer artículo, “Entusiasmo y perseverancia”, en el diario La Mañana de Temuco. En esta ciudad, escribió gran parte de los trabajos, que pasaron a integrar su primer libro de poemas: Crepusculario, en 1919, obtuvo el tercer lugar en los Juegos Florales del Maule con su poema “Comunión ideal” o “Nocturno ideal”.
Posteriormente, en 1920, comenzó a contribuir en la revista literaria Selva Austral y allí conoció a la reconocida Gabriela Mistral, encuentro del que recordó que “ella me hizo leer los primeros grandes nombres de la literatura rusa que tanta influencia tuvieron sobre mí”.
Pero no fue hasta un año después que sus obras comenzó a firmarlas con el sudónimo Pablo Neruda, para ese entonces tenía 17 años, el objetivo de esta acción era que evitar el malestar de su padre por tener un hijo poeta.
Neruda nunca aclaró el origen de su nombre artístico, nunca desmintió, e incluso apoyó, la conjetura de que lo habría escogido en honor al escritor checo Jan Neruda, del cual leyó un cuento por esos años que le causó una honda impresión.
DC – Globovisión