En el momento en que la competición lucía más apretada, Óscar Figueroa se valió de su experiencia para escribir otra página gloriosa en su carrera. Pero el rival a quien venció no debe sentirse del todo mal, pues representa el futuro de las pesas en Colombia.
El bronce fue para el venezolano Jesús López, con 283 kilos (125 y 158).
«Contento de conseguir la medalla para Venezuela en los Panamericanos. Esperamos olvidarnos de la medalla y prepararnos para el campeonato mundial que va a ser en Houston y para Río 2016», dijo López, de 30 años.
«Tengo 15 años en la disciplina con la selección de Venezuela, espero mi último ciclo, con la gloria más grande que puede tener un deportista, que es la olimpiada», agregó.
Figueroa se apoderó el sábado de la presea de oro en los Juegos Panamericanos, dentro de la categoría de los 62 kilogramos.
En Londres 2012, Figueroa consiguió la medalla de plata y llegó a tener fugazmente un récord olímpico —único colombiano que lo ha conseguido en este deporte. Ahora refrendó el título panamericano que había conseguido en Guadalajara 2011, al totalizar 310 kilogramos, 135 en arranque y 175 en envión. En esta última modalidad, igualó el récord continental que estableció hace cuatro años.
Y se embolsó el oro cuando todavía le faltaba una ronda en envión. En momentos en que el público aguardaba que el colombiano intentara un levantamiento de 176 kilos para mejorar su marca panamericana, Figueroa se abstuvo.
¿Por qué? Pues porque a sus 32 años considera que todavía le quedan hazañas por alcanzar.
«Este es un escalón más, una etapa más de la preparación que estoy teniendo», dijo a The Associated Press. «Cuidándome mucho, por eso no salí al tercer movimiento del envión. Estoy cuidándome para Río 2016».
Figueroa no habla de retiro. En caso que eso ocurra, Colombia parece tener ya listo al pesista que lo releve.
Francisco Mosquera se quedó con la plata al totalizar 305 kilogramos (135 en arranque y 170 en envión).
«Quería ganar (pero) acabo de ganar experiencia», señaló Mosquera. «Quiero estar en los podios olímpicos y mundiales. Hay que trabajar más, porque Óscar Figueroa tiene mucho por dar. El sabrá cuándo se retira».
Figueroa recalcó que la veteranía fue clave para superar a su compatriota de 23 años.
«En esto también cuenta la experiencia, y eso es lo que hay que poner en práctica aquí», explicó. «En el segundo movimiento del envión es cuando se demuestra la capacidad tanto física como mental del competidor».
Para ese segundo intento, Figueroa, quien estaba prácticamente igualado con Mosquera, pidió que se elevara mucho el peso, de 170 a 175 kilogramos. Los levantó sin mucho problema, y Mosquera, presionado, falló en dos oportunidades de igualar la cifra.
Figueroa nació en Zaragoza, municipio de Antioquia, como el segundo de cuatro hermanos de una familia de pescadores y mineros. Su madre Ermelinda Mosquera y su padre Jorge Isaac Figueroa decidieron que la familia emigrara a Cartago cuando el hoy pesista tenía 9 años, debido a la violencia en la zona.
«El motor principal que tuve en la formación fueron mis padres… y el motor de mi madre, que esa mujer me impulsa a todo», destacó el bicampeón panamericano. «Tengo tres motores más, mis dos hijas y mi novia también. Son personas que lo llenan a uno de orgullo y de felicidad cada día y lo motivan para seguir trabajando»
DC – AP