Estados Unidos y Turquía acordaron hoy trabajar en conjunto para desalojar a los terroristas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) del norte de Siria, un esfuerzo que Ankara considera que podría cambiar la situación en toda la región. Esta nueva alianza, revelada por Washington, se produce en un momento en que los kurdos sirios han atizado la tensión generada tras la ofensiva armada emprendida contra el ISIS y los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte de Irak.
«El objetivo es establecer una zona libre de ISIS y garantizar una mayor seguridad y estabilidad a lo largo de la frontera entre Turquía y Siria», explicó a la agencia de noticias AFP un responsable militar estadounidense durante la visita del presidente Barack Obama a Etiopía.
El gobierno turco, que hasta ahora había sido acusado de cerrar los ojos ante los grupos radicales que combaten al régimen de Damasco, dio un giro a su política en Siria y decidió atacar por primera vez al ISIS, al que acusa de estar detrás del atentado que dejó 32 muertos el lunes de la semana pasada en la ciudad de Suruc, cerca de la frontera con Siria.
Desde el viernes, las Fuerzas Armadas turcas han emprendido varias operaciones contra objetivos yihadistas en Siria. Además, Ankara otorgó la autorización para que los aviones estadounidenses utilicen la base de Incirlik, en el sur del país, para bombardear Siria e Irak. Quedan todavía por definir los detalles del acuerdo.
El funcionario estadounidense, que pidió el anonimato, precisó que los pormenores «aún no se han resuelto», pero subrayó que «ningún esfuerzo militar conjunto incluirá la imposición de una zona de exclusión aérea».
Acusaciones de los kurdos
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, confirmó su determinación de luchar contra ISIS. «No queremos verlos cerca de la frontera turca», insistió en una entrevista publicada hoy, aunque aclaró que no enviará tropas terrestres. «La presencia de Turquía utilizando eficazmente su fuerza puede permitir cambiar el equilibro en Siria, en Irak y en toda la región», agregó.
En paralelo a su ofensiva contra ISIS, Ankara está llevando a cabo bombardeos contra bases del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte de Irak, tras una serie de ataques mortales contra sus fuerzas de seguridad. El domingo varios cazas F-16 turcos atacaron de nuevo objetivos rebeldes.
Poco después de que empezaran estos bombardeos, el movimiento kurdo anunció el fin de la tregua que respetaba desde 2013 y reivindicó el atentado con coche bomba que mató a dos soldados en el sudeste del país. Esta doble ofensiva contra el PKK y los yihadistas ha levantado muchas críticas entre quienes defienden que la prioridad de Turquía es luchar contra los kurdos más que contra ISIS.
Las milicias kurdas en Siria acusaron hoy a Turquía de bombardear sus posiciones. Según estas milicias, en la primera línea de la lucha contra el ISIS en territorio sirio, varios tanques turcos dispararon contra dos pueblos en la zona fronteriza de Zur Maghar, en la provincia de Alepo (norte de Siria), y dejaron cuatro heridos entre los combatientes.
Estos disparos fueron confirmados por el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), una organización con sede en Reino Unido que cuenta con una amplia red de informadores en el país. «En vez de atacar posiciones de los terroristas de ISIS, las fuerzas turcas atacan nuestras posiciones de defensa», denunciaron en una declaración las llamadas Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas. «Pedimos al Ejército turco que deje de disparar contra nuestros combatientes y sus posiciones», añadieron.
DC | Agencia