Amnistía Internacional acusó a Israel de cometer crímenes contra la humanidad

Amnistía Internacional (AI) acusó a Israel de cometer crímenes de guerra en una ofensiva de cuatro jornadas denominada “Viernes negro” en el informe Viernes negro: Carnicería en Rafah durante el conflicto Israel/Gaza de 2014.

El objetivo de la operación era rescatar al soldado, Hadar Goldin, capturado en la Franja de Gaza por milicianos palestinos durante la ofensiva de agosto de 2014. El resultado fue la muerte de 135 civiles, 75 de ellos niños.

«Este informe es resultado de una investigación de un año en la que se han recopilado testimonios y comparado con todo tipo de evidencias, incluidas imágenes de satélite, fotos, vídeos, tomados en el momento y el lugar y que nos ha permitido identificar ataques individuales israelíes y analizar lo que ocurrió», explicó Deborah Hyams, investigadora para Israel y los territorios palestinos en el Secretariado Internacional de AI.

El análisis ha posibilitado a la ONG presentar lo que considera «las evidencias más fuertes hasta el momento de que las fuerzas israelíes cometieron crímenes de guerra y posibles crímenes contra la humanidad entre el 1 y el 4 de agosto de 2014 en Rafah», en el sur de la Franja.

«Las fuerzas israelíes lanzaron ataques desproporcionados e indiscriminados en el este de Rafah, al principio atacando lugares donde el soldado podía haber sido llevado o accesos a los túneles. Pero, unas dos horas después, iniciaron una destrucción masiva, atacaron ambulancias y objetivos muy cerca del hospital principal y atacaron a civiles que estaban en las calles huyendo», señaló Hyams.

Amnistía estima que las investigaciones que realiza el Ejército israelí sobre sus operaciones no cumplen las exigencias internacionales de «independencia, imparcialidad, efectividad en localizar a los culpables, amplitud, prontitud y transparencia» y exige una investigación criminal internacional.

«La ferocidad de los ataques (…) sugieren que pudieron estar motivados en parte por un deseo de castigar a la población de Rafah», dice el informe.

El estudio fue elaborado junto con el proyecto «Arquitectura Forense», de la Universidad de Londres, que asegura que las pruebas indican que el Ejército israelí actuó «motivado por la venganza».

Para el análisis emplearon técnicas digitales y de imagen para reconstruir escenarios de conflicto, luego analizados por expertos militares y jurídicos.

«Hay sólidas pruebas de que las fuerzas israelíes cometieron crímenes de guerra en su implacable y masivo bombardeo de áreas civiles con el fin de frustrar la captura del teniente Goldin, mostrando una estremecedora indiferencia por la vida de civiles», afirmó Philip Luther, director del Programa para Oriente Medio y África en AI.

Según la ONG, los ataques se enmarcaron dentro del «Protocolo Aníbal», para impedir «a cualquier precio» que un soldado caiga en manos enemigas.

Israel ha reaccionado al informe con el argumento de que «está lleno de puntos débiles en su metodología y en los hechos, en su análisis legal y en sus conclusiones», señaló un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.

También denunció que la metodología aplicada por AI no tiene en consideración que los testimonios recopilados puedan estar sujetos a la «coerción» de Hamás o «falta de objetividad» y subrayó que «una vez más Amnistía ha demostrado su obsesión hacia Israel».

DC | EFE

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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