Esto ocurre mientras el noreste de Asia sigue vigilante ante un posible lanzamiento, y a solo un día de la visita del secretario de Estado, John Kerry, a la región.
No se sabe el motivo por el cual el régimen no ha efectuado el lanzamiento, pero un funcionario estadounidense afirmó que la puesta en posición del misil podría ser solo una prueba para asegurarse que el sistema funciona, o un esfuerzo más para liarse con Estados Unidos y sus aliados que esperan un lanzamiento en cualquier momento.
El funcionario declinó comentar sobre qué tipo de inteligencia utilizó Estados Unidos para concluir que el misil de medio alcance estaba en posición de lanzamiento.
En tanto, Pyongyang amenazó nuevamente con cerrar permanentemente la zona industrial que opera en conjunto con Corea del Sur, luego de acusar a la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, de poner en riesgo al complejo manufacturero, un símbolo de la cooperación entre ambos países.
El gobierno de Corea del Sur, en tanto, urgió a Pyongyang a trabajar para resultar la situación a través del diálogo.
El cierre temporal del complejo por Pyongyang no es benéfico en el futuro para los coreanos, afirmó el ministro surcoreano de Unificación, Ryoo Kihl-jae. Causa daño a las compañías y a los trabajadores.
Corea del Norte retiró a sus más de 50.000 trabajadores del complejo de Kaesong, que está en la parte norte de la frontera, y bloqueó la entrada de personal y de suministros.
Más de 120 compañías de Corea del Sur tienen operaciones en el complejo.
En un comunicado emitido este jueves por la prensa estatal, el gobierno norcoreano afirmó que lo que ocurra en el complejo en los próximos días depende totalmente de la actitud de las autoridades surcoreanas.
DC/ CNN