Un estudio reciente encabezado por Niraj Naik, escritor del portal The Renegade Pharmacist, reseñó los efectos que provoca una lata de Coca-Cola Light sobre el cuerpo humano en una hora.
El autor indicó en una infografía los daños que ocasionan las bebidas dulces carbonatadas, como la receta del refresco original, las bebidas con edulcorantes artificiales, así como las energizantes.
También realizó una investigación en dicho portal sobre las características perjudiciales de la Coca-Cola regular, las cuales no varían mucho en cuanto a la versión de dieta.
A los 10 minutos
El ácido fosfórico, responsable de esconder el sabor dulce de la bebida, ataca el esmalte dental. No importa lo mínima que sea la exposición. Mientras que el aspartamo, un edulcorante no calórico, engaña al cerebro a través de los receptores del gusto haciéndole creer que se está ingiriendo azúcar.
El consumo frecuente de este tipo de endulzantes artificiales puede alterar la capacidad del organismo de procesar las calorías al probar algo dulce, según varias investigaciones.
A los 20 minutos
El refresco estimula la producción de insulina por el páncreas para controlar el nivel de azúcar y la trasnporta del torrente sanguíneo a los músculos, grasa y células hepáticas, para ser almacenada o utilizarse como energía, aunque no se trate de azúcar real.
Los edulcorantes artificiales de las bebidas dietéticas pueden afectar la flora intestinal, la cual forma parte del sistema inmunológico y digestivo. Se incrementa el riesgo de sufrir diabetes del tipo 2, presión arterial elevada, síndrome metabólico, enfermedades del corazón, prácticamente los mismos riesgos que se corren al beber una Coca Cola tradicional.
Según algunas investigaciones, quienes consumen refrescos de dieta tienen el doble de riesgo de sufrir síndrome metabólico que quienes no consumen este tipo de bebidas.
A los 40 minutos
La combinación de la cafeína con el aspartamo causa una gran adicción al consumidor. La dopamina y el glutamato activan el deseo de seguir tomando más refresco de dieta. Se liberan excitotoxinas que se unen a los receptores neuronales sobre estimulándolos y agotando al cerebro, sobre todo si se consumen este tipo de bebidas de forma regular.
A los 60 minutos
Debido a que la bebida no aporta ningún tipo de nutrientes ni tampoco hidrata al organismo, aparece la sed y el hambre. Aunque la satisfacción es mínima con la Coca-Cola regular, con la versión de dieta persiste el deseo de tomar algo dulce, lo que provoca volver a tomar otro refresco o comer algún alimento no recomendable en una dieta saludable.
DC| Agencia