Experimentos como el control obrero y el Plan Guayana Socialista no han dado los frutos esperados, pues aunque el trabajador -principalmente el aliado político- ha logrado un mayor nivel de participación, los planes para la recuperación productiva de las industrias aún no han sido ejecutados.
La ecuación que priva en las industrias no tiene lógica. Una evaluación de las empresas del aluminio, así como de compañías del sector hierro-acero como Sidor y Ferrominera Orinoco, al cierre del 2012, permite constatar que hay menor producción, mayor pérdida y una nómina de trabajadores en ascenso, como parte de la eliminación de la tercerización.
En el sector aluminio -Bauxilum, Alcasa, Venalum y Cabelum- las pérdidas repuntaron 25,9% en 2012, de acuerdo con la Memoria y Cuenta del Ministerio de Industrias, al elevarse de Bs 4.606 millones en 2011 a Bs 5.800 millones el año pasado.
La producción de todas las industrias mencionadas se contrajo, siendo Venalum la que muestra la caída de producción y pérdidas más acentuadas. La reductora, que desincorporó 412 celdas el año pasado, registró pérdidas 111% superiores a las experimentadas en 2011 y su producción retrocedió 41,5%.
En reducción de aluminio primario, las estatales Venalum y Alcasa cuentan de forma global con 407 celdas en servicio, de un parque -entre ambas- de 1.301 celdas. Las celdas operativas no logran completar ni tres líneas de reducción que, en teoría, en el caso de Venalum poseen 180 celdas cada una.
Los costos de las empresas se han disparado e impiden su sustentabilidad. El año pasado producir una tonelada de aluminio en Venalum costaba Bs 20.251,9, según la Memoria y Cuenta 2012; mientras que en Alcasa el costo unitario para producir una tonelada de aluminio pasó de Bs 23.848,93 en 2011 a Bs 35.041,17 en el 2012.
En el ramo siderúrgico, Sidor, una de las acerías más importantes de América Latina, muestra una producción en picada desde su reestatización en 2008.
No sólo falla en la estatal el suministro de insumos y repuestos, sino también las operaciones de los comedores y los transportes que han repercutido en la productividad.
La siderúrgica, dirigida por el también presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, Rafael Gil Barrios, experimentó una producción 29,9% menor comparada con 2011 y pérdidas de $961 millones, más del doble que en 2011.
DC/El Universal