En Venezuela, no habrá en los próximos 10 años recuperación económica, ni abatimiento de la inflación, a menos que se restaure un sistema político-económico y social eficiente de incentivos, que promueva la iniciativa privada, en el cual se redefina el rol del Estado en la economía y permita crear nuevas oportunidades para la inversión privada interna y externa, un modelo que pueda concentrar la actividad pública en la provisión de externalidades ( qué y cuánto ) para que contribuyan para ello, mejorar los servicios públicos, administrar las atribuciones propias del Estado profundizando la descentralización para asegurar el bienestar de los venezolanos.
En este contexto, el Socialismo del siglo XXI ha representado un concepto que comenzó en el país a partir de enero de 2005, lanzado por el Presidente Hugo Chavez, en el V Foro Social Mundial, en el marco de la llamada “revolución Bolivariana”, cuya definición sería una etapa de transición que el gobierno denomino como Democracia revolucionaria. En el 2006, se anunció que este “nefasto modelo”, se basaría fundamentalmente, en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad. Por ello, el mismo Chavez, anunció lo siguiente: » debemos transformar el modo de capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día”. A su juicio, por las condiciones presentes en el actual mundo globalizado, esa transición ha sido, prolongada. Dentro de ese concepto equivocado, sería definitivamente el socialismo, el camino a seguir para enfrentar el neoliberalismo.
Lo que puedo destacar al respecto, es que el creador de este concepto (socialismo del siglo XXI ), fue el académico y sociólogo, Heinz Dieterich, antiguo aliado del chavismo, quien por cierto, fue el primer responsable, al lado del español Pablo Iglesias, de recomendarle al Presidente Chavez, la estrategia de las “expropiaciones” de la propiedad privada como mecanismos de “transformación social”, camino al socialismo que aún continua destrozando nuestra capacidad de producción de alimentos bienes y servicios. Esa decisión, fue el anuncio primario de lo que hoy conocemos como desabastecimiento, bachaqueo, escasez, desempleo, saqueos, alto costo de la vida, fuga de cerebros, que tus hijos quieran irse del país, entre otros aspectos que han contribuido aceleradamente con la destrucción del aparato productivo nacional.
Lo curioso de este fenómeno, es que, el insigne profesor ( HeinzDieterich ), le ha anunciado al mundo entero, que la prepotencia de la Troika compuesta por: el Presidente Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Jorge Arreaza, ha dilapidado en dos años, el capital político acumulado por Hugo Chavez en más de 10 años e incluso anuncio que: » La crisis económica de Venezuela se ha convertido en una crisis política terminal para el gobierno de Maduro ”. Lo peor, es que para este ex asesor del gobierno, el poder de la troika y del gobierno en general, se sostienen “sobre mentiras y bayonetas”.
En base a ese planteamiento, es inminente que la situación del país del socialismo del siglo XXI ha generado desigualdades arbitrarias e insostenibles entre las clases sociales venezolanas, donde la que lleva la peor carga, son las clases populares, las más desposeídas, a quienes la crisis actual golpea con un mazo, es un duro golpe al estómago de los pobres, es un mal que se debe extirpar en sus propias entrañas, pero mediante una táctica democrática, soberana, popular, es decir, mediante el VOTO. Por tanto, estimados lectores, desde esta tribuna exijo al gobierno nacional que cese la arbitrariedad, porque las inhabilitaciones, la negación de la observación internacional acentúan su muy mala imagen en el mundo, los electores en general, rechazamos esas medidas, y más rechazo le damos al alto costo de la vida, a la inseguridad, a la crisis económica insostenible producto de este desgobierno desarrollado por el socialismo del siglo XXI.
DC / Joaquin Chaparro / Ex Concejal de Maracaibo / @joaquinchaparro