A sus 25 años, el joven torero Jiménez Fortes lleva ya marcadas en su cuerpo un número importante de cornadas, la más grave, sin duda, la que sufrió ayer en el cuello en Vitigudino (Salamanca), un severo percance que le mantiene estable dentro de la gravedad en la UVI del hospital Clínico de Salamanca.
Fortes se encuentra en estos momentos sedado e intubado, y bajo una extrema vigilancia médica, pues, aunque los galenos han informado de que su vida no corre peligro, sin embargo, la cornada ha causado importantes daños en la cara: afecta a la lengua y a la región nasal, además de destrozar el paladar y alcanzar la base del cráneo.
DC|EFE