El cadáver calcinado fue abandonado en las puertas de un colegio el domingo, en la localidad portuaria de Calabar, precisó el diario nacional nigeriano ThisDay.
La víctima formaba parte de un grupo de tres hombres que siguieron el olor de la sopa caliente hasta la cocina de una residencia privada, donde agarraron la olla y se dieron a la fuga.
Los vecinos, alertados por los gritos de una de las mujeres que se encontraba en la cocina, persiguieron a los ladrones. La multitud atrapó al hombre que portaba la olla y lo atacó con machetes antes de quemarlo.
«No es la primera vez que vienen a robar a nuestra residencia. La semana pasada se llevaron la batería del vehículo de un vecino», declaró un habitante de la zona.
Las actividades de autodefensa son una cuestión controvertida en Nigeria, que creó milicias anticrimen en el sur del país a inicios de los años 2000 para apoyar a la policía nacional en un momento en que estaba desbordada.
Recientemente resurgieron los grupos de autodefensa, con el apoyo del ejército, en el noreste del país, bastión de la insurgencia islamista de Boko Haram.
DC/AFP