El escritor francés Jean Louis Servan sugiere en su libro Cómo dominar el tiempo, que sustituyamos la palabra tiempo en frases como “tal asunto toma tiempo”, por la palabra ‘vida’, y escuchemos lo que ocurre en nuestra cabeza; verbigracia, en lugar de expresar “ir al trabajo me consume 40 horas por semana”, decir “ir al trabajo me consume vida, casi dos días de vida por semana”.
Tiempo y vida son sinónimos. A lo que dedicas tiempo, dedicas vida. Y como tiempo y vida son riquezas que le pertenecen a Dios, al darte esta fortuna para administrarla, Él ordena: …tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. (1) ¿Cómo aprovechar entonces un tiempo y una vida que avanzan de forma inexorable y no puedes acumularlos? Eclesiastés 3:1-8 te arroja luz con principios aleccionadores.
Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer. (2) Para vivir se requiere nacer; para vivir eternamente, precisas nacer de nuevo al recibir a Jesús. Y un tiempo para morir. (2) Para disfrutar a plenitud a Dios, muere a tus prejuicios religiosos, a tu ego. Un tiempo para plantar. (2) Sé un sembrador de bien, planta recursos en obras benéficas. Y un tiempo para cosechar. (2) Si siembras, espera recoger, aunque sea en tierra diferente adonde cultivaste.
Un tiempo para matar. (2) Mata los odios, rencores, reconcomios y el orgullo. Y un tiempo para sanar. (2) Si quieres ser feliz un momento desquítate; si quieres ser feliz toda la vida, perdona. Sánate perdonando los errores de aquellos que te lesionaron. Un tiempo para llorar. (2) …lloren con los que lloran, (3) nos invita las Escrituras. Y un tiempo para reír. (2) Las familias que permanecen unidas oran y ríen mucho. Un tiempo para esparcir piedras. (2) En tu agenda ubica tiempo para jugar, divertirte y descansar. Este tiempo te ayudará a disfrutar de la vida y de Dios, renovará tu creatividad y fomentará tus relaciones vitales. No te sientas culpable por disfrutar, en particular si eres adicto al trabajo.
Un tiempo para abrazarse. (2) Luego de una larga enemistad los hermanos Jacob y Esaú se encontraron. Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y lo besó. Entonces los dos se pusieron a llorar. (4) [se reconciliaron] ¿Qué ‘Jacob’ te espera hoy para recibir tu abrazo de perdón? Y un tiempo para despedirse. (2) Hay separaciones que son sanas en algunas parejas; también el corte del cordón umbilical entre padres e hijos en la medida que estos últimos crecen. Un tiempo para intentar. (2) Algunos lo han intentado todo en la vida y no han sido saciados porque no han intentado con Dios.
Y un tiempo para coser. (2) Es decir, para laborar. El disfrute de tu trabajo depende de tu actitud. Tu tiempo laboral se vuelve pesado si pierdes el sentido de propósito que Dios tiene con él. Un tiempo para callar. (2) Para escuchar, para no exasperar, para no destruir u ofender. Y un tiempo para hablar. (2) Y así afirmar, reconocer, orar o aconsejar. Un tiempo para amar. (2) Amar es invariablemente dar. Y un tiempo para odiar. (2) No a la gente mala sino a lo malo que hacen. Un tiempo para la guerra. (2) La vida es una serie de batallas a librar. Y un tiempo para la paz. (2) El doctor Pablo es claro: Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. (5)
Cada uno de tus días es un diamante precioso, valioso e irremplazable. Adminístralos con sabiduría.
Efesios 5:15-16 (NBLH); Eclesiastés 3:1-8 (NVI); Romanos 12:15b (NBLH); Génesis 33:4 (NVI); Romanos 12:18 (NVI)
DC / Raúl Parra / rlpt10@yahoo.es / @RaulParraT