El alcalde de Roma, Ignazio Marino, que pertenece al Partido Demócrata (PD) en el Gobierno de Italia, comunicó hoy su dimisión después de meses de una fuerte presión por parte de sectores opositores y también desde las filas de su partido.
En un comunicado, el alcalde, de 60 años, indicó que ha presentado su dimisión “sabiendo que estas, por ley, pueden ser retiradas antes de los 20 días” posteriores a la comunicación, una frase que fue interpretada por algunos medios como la voluntad del regidor de pensarse su decisión, aunque Marino añadió seguidamente: “No es una astucia mía”.
Además, sostuvo que su decisión busca “garantizar el interés de la capital” y no es un “signo de debilidad o admisión de culpa” por lo que considera una “manipulación” de los hechos.
Marino se refería así a la última polémica que ha sido el detonante de su renuncia.
Pagó cenas con la tarjeta de crédito del ayuntamiento
Voces críticas pedían desde hace días su dimisión después de que publicara algunos gastos presentados como cenas de representación ypagados con la tarjeta de crédito del Ayuntamiento, que fueron denunciados como de carácter personal.
Además, el alcalde, cirujano de profesión, se ha visto salpicado por varios escándalos en los últimos meses, entre ellos las infiltraciones del crimen organizado en su Ayuntamiento, su ausencia durante algunos momentos convulsos en la capital o el viaje a Filadelfia (EEUU) durante la visita del papa Francisco.
La dimisión de Marino se produjo después de que la Junta municipal se reuniera durante seis horas en el Ayuntamiento y tras la renuncia entregada por el vicealcalde, Marco Causi, y tres asesores, Stefano Esposito (Transportes), Marco Rossi Doria (Educación) y Luigina Di Liegro (Turismo).
Decenas de personas y muchos medios de comunicación se congregaron en la plaza del Campidoglio, a la espera de la decisión de Marino.
Enfrentamientos entre detractores y simpatizantes
Gritos de “vergüenza” y “dimisión”, pero también de apoyo a Marino, se escucharon durante toda la tarde y se vivieron momentos de tensión entre los simpatizantes y los opositores, que derivaron en algunos enfrentamientos verbales sin incidentes graves.
La marcha de Marino deja a Roma en la incertidumbre ante la inminente celebración del Jubileo de la Misericordia, para el que se prevé la llegada de millones de personas a la capital desde diciembre próximo.
Se especula con el nombramiento por parte del Gobierno italiano de un comisario extraordinario para que administre Roma durante el Jubileo, ya que unas posibles elecciones municipales tendrían que esperar a la primavera.
En los últimos meses, Marino ha vivido una fuerte presión por parte de la oposición pero también una falta de apoyo, especialmente en los últimos días, por parte de su partido y de su líder y primer ministro italiano, Matteo Renzi.
Se le ha criticado duramente, por ejemplo, por desconocer la red de corrupción que había en el seno del Ayuntamiento, un escándalo al que también hoy se refirió el regidor.
“Lo hice para cambiar Roma”
“Cuando, hace poco más de dos años y medio, me presenté como candidato a alcalde de Roma, lo hice para cambiar Roma, arrebatando el Ayuntamiento a la derecha que lo había tomado y maltratado durante cinco años, enturbiándolo hasta permitir la entrada de las actividades delictivas incluso de carácter mafioso. (…) No sabía, ninguno sabía, cómo era de grave la situación hasta que intervino la comisión político-mafiosa”, señaló.
Además, la imagen de Marino se vio desprestigiada cuando en verano estuvo en el centro de todas las críticas al decidir proseguir sus vacaciones en Estados Unidos, en plena preparación del Jubileo y tras un funeral con honores a un capo mafioso.
A esto se sumó su viaje en septiembre a Filadelfia para participar en la Jornada Mundial de la Familia, a la que asistió el papa Francisco.
La gota que ha colmado el vaso han sido unas facturas de viajes y cenas con personalidades, de importes de entre 250 y 100 euros, en varios restaurantes dentro y fuera de Roma, publicados en la web del Ayuntamiento.
Una de ellas fue justificada como almuerzo con miembros de la Comunidad de San Egidio, pero la asociación católica negó haber participado en el encuentro, lo que dio inicio a una investigación por parte de la fiscalía sobre posible malversación de fondos públicos.
Chantajea con el pasado
Tras su renuncia, Marino ha cargado contra las filas de su partido.
“No escondo el temor de que el Ayuntamiento vuelva a ser gobernado con la lógica del pasado, aquella de la especulación, de los intereses ilícitos (…) y del mecanismo corrupto-mafioso que por desgracia ha tocado también a parte del PD”, dijo.
Desde el Partido Demócrata, el ministro de Asuntos Exteriores, Paolo Gentiloni, ha calificado su decisión de “responsable”, mientras el diputado opositor Alessandro Di Battista, del Movimiento 5 Estrellas, ha pedido que se convoquen de inmediato nuevas elecciones.
DC | EFE