Muchos lo conocen como los trabajadores que se dedican a la labor de vigilar el carro. Sin embargo, los cuida puestos han venido creciendo en el país en otras áreas. Desde que la escasez apareció, es un negocio cuidar el puesto para la cola en los establecimientos de alimentos, venta de baterías, venta de cauchos, venta de pollos, en el SAIME, en las agencias de viaje, aeropuertos, terminales farmacias, en el seguro social, en los tribunales, en las universidades. Pero esta no es una tarea exclusiva de los trabajadores informales; pues esta labor también está presentes en la clase trabajadora cuando se convierten en serviles, críticos, quejones, cómplices, no cumplen con sus funciones solo por cuidar su puestos de trabajo, en los partidos políticos también ocurre algo similar, muchos de los militantes son silentes ante los cogollos para no ser expulsados, en trabajadores de las alcaldías, gobernaciones, ministerios incluyendo sus jefes.
Los cuida puestos abundan por montón, muchos esconden sus penas en que una cosa es lo que piensan y otra es lo que pueden decir. Cuando una sociedad se encuentra enfrentando diferentes crisis busca la forma de sobrevivir y sin duda cuidar el puesto trae beneficios. Al revisar la lista de candidatos postulados a la Asamblea Nacional para las elecciones del próximo 6 de diciembre de 2015, se pueden detectar una gran cantidad de cuida puestos, hasta los exiliados quieren volver para cuidar sus puestos, los trabajadores de la administración pública cuando son convocados a actividades proselitistas de campaña electoral y les hacen poner una franela roja, azul, amarilla, anaranjada, blanca, verde, tricolor y lo hacen en contra de su voluntad es una clara señal que están cuidando sus puestos laborales.
Muchos dirigentes electos popularmente han manifestado que estar tanto tiempo en el poder es perjudicial, pero no se ha visto a ninguno renunciar a la reelección indefinida por voluntad propia. El clima de quejas es una constante en las oficinas públicas y privadas, pero pocos son capaces de tomar decisiones de renunciar a lo que tanto se quejan o proponer soluciones, el trabajo del “cuida puesto” es tan descarado que hasta se dejan humillar por mantenerse.
Los ciudadanos no escapan de esta enfermedad que se expande cada día, al ser propulsores de la complicidad al pagar para que alguien le cuide el puesto. En Venezuela la crisis ha promovido el surgimiento de otras actividades económicas informales, de las cuales viven cientos de familias que buscan la manera de enfrentar el acelerado deterioro de la calidad de vida. Al escuchar a los voceros de organizaciones deportivas, culturales, educativas, gremiales, sindicales, financieras, se evidencia que en estas organizaciones también existen muchos “cuida puestos”. Es normal que los ciudadanos esperen que otros hagan las cosas que ellos deben hacer, la deficiente atención al ciudadano en casi todos los organismos públicos y privados incentivan a la actividad de gestores, cuida puestos, corrupción y a aparición de estafas, engaños, que a muchos desesperados por resolver sus problemas los ha hecho víctimas de estas acciones. El compromiso debe ser mayor como ciudadanos, como funcionarios públicos, como trabajadores, en la aguda crisis que se vive la creatividad es una opción para sobrevivir. Aunque esta crisis, debe ser usada para lograr tener mayor capacidad de resolver problemas, para no dejarse manipular ni engañar, para tener más respeto con los ideales de otros y tener una conducta en donde se aprenda a valorar lo que cada uno es. Como lo dijo Bertrand Russell “La humanidad tiene una moral doble: una que predica y no practica, y otra que practica y no predica”. Pues se hace lo que tanto se critica. Si no se intenta cambiar lo que no gusta no se deben molestar por lo que ocurre.
DC / S.H. Jesús Castillo Molleda / Profesor Universitario, Politólogo, Coach Político, Locutor / jcastillo@fundacionzuliaproductivo.com / @castillomolleda